El diario plural del Zulia

Jane Birkin: "Tuve una suerte loca de que Gainsbourg compusiera para mí"

"Tuve una suerte loca de que Serge Gainsbourg compusiera para mí", afirma la que fuera su musa, pareja durante una década y madre de su hija Charlotte, Jane Birkin, que ahora devuelve el favor al cantante y compositor con un homenaje en versión sinfónica.

"Birkin/Gainsbourg, Le Symphonique", su primer álbum de estudio en nueve años, sale a la venta este viernes e incluye algunas de las canciones más emblemáticas del "enfant terrible" de la música gala, como "La Javanaise", en las que una orquesta de 90 instrumentos permite redescubrir tanto esas creaciones como su frágil voz.

"Estoy segura de que le habría emocionado muchísimo", señala en una entrevista con EFE en París la cantante británica, convencida, al ver la reacción del público en algunos conciertos previos, de que no podría haberlo hecho mejor.

Cuando conoció a Gainsbourg, Birkin (Marylebone, 1946) tenía apenas 21 años, una hija con el compositor John Barry y un atractivo que no pasó desapercibido para el artista, que acababa de separarse de Brigitte Bardot.

"Complacerle me causaba un enorme placer. (...) Quería hacer todo para gustarle. Incluso canté con él 'Je t'aime moi non plus', una canción que chocó al Vaticano, porque no quería que la cantara con otra", recuerda sobre ese gran éxito compuesto originalmente para Bardot.

Su relación personal y profesional superó su ruptura como pareja en 1980, y dejó discos como "Serge Gainsbourg/Jane Birkin", escrito especialmente para ella, y otros como "Arabesque", en los que la intérprete retomó canciones de su exmarido, fallecido en 1991.

"A mí me dio su lado femenino, su fragilidad, y para él se guardó las cosas más provocadoras (...) La gente pensaba que era alguien peligroso, pero yo sabía que en verdad era un hombre súper amable también, aunque para el resto fuera tan sarcástico y brillante que podía hacer daño", admite Birkin.

Como pasó con "Arabesque", la cantante y actriz confía en que este nuevo disco haga descubrir Gainsbourg a un público nuevo y más amplio.

"Es tan bonito que no pasa nada si no entiendes la letra", añade la que fuera icono sexual en los sesenta, para quien volver a los escenarios ha sido "una escapatoria", tras varios años de reclusión después de la muerte de su hija Kate en 2013 y de una larga enfermedad.

El festival FrancoFolies de Montreal (Canadá) fue el que le permitió mostrar por primera vez al público el pasado junio esta versión sinfónica que acaba de materializarse en un disco y con la que planea seguir de gira.

"Me gusta cantar, pero sobre todo hacer la maleta e irme. Me había convertido en alguien triste y muy cerrada, algo que no había sido nunca, pero me sentía impermeable a todo. Fue tal el golpe que ni siquiera podía llorar. Pero las lágrimas han vuelto", añade.

Recién cumplidos los 70 años, Birkin, que tras cinco décadas en Francia se considera más francesa que británica, aunque en su acento se percibe todavía el deje de su país de origen, tiene en esa gira su proyecto más inmediato.

"Hay que intentar ser útil mientras se puede. Me quedan diez años para poder hacerlo. Hay que decir todo lo que se quiere, estar presente, no hay ni un segundo que perder. Tengo responsabilidades, y me gustan", añade.

Birkin no descarta además publicar sus diarios íntimos, retales de una historia que empezó a escribir a los doce años y que paró en seco con el fallecimiento de su hija mayor.

"La gente se sorprendería de que mi vida ha sido bastante divertida, con anécdotas sobre Serge irresistibles. (...) Anécdotas que ya he contado y otras que he olvidado. Tengo muy mala memoria", concluye la intérprete, satisfecha de que su último proyecto musical haya servido para que la gente le reconozca por fin que canta "bien".

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