El diario plural del Zulia

Este sábado se celebra el XVIII Festival de Danza Internacional

Entre cuatro paredes blancas esperaba sentada Charlotta Öfverholm, acompañada de su técnico de escenografía David Prokopic. Vestía de negro, un contraste a la claridad que rodeaba su persona, pero sin opacar la calidez que sus ojos azules expresaban. “Nos gusta la calentura del clima”, expresó, mientras mandaba a apagar el aire acondicionado.

El jueves llegó a Maracaibo la directora de la compañía sueca Jus de la Vie, al XVIII Festival Internacional de Danza, organizado por Danzaluz, que será llevado a cabo hoy en el Teatro Bellas Artes. Para Charlotta no era cuestión de aceptar o rechazar, pues con solo pedir que interprete sus piezas, lo hará. Sin embargo, el problema reside en la situación país; los bailarines carecen de dinero, pero se alegra de que el departamento de cultura de la Universidad del Zulia continúe promoviendo el arte en tiempos difíciles.

Este sábado Charlotta presenta su puesta en escena: Lucky. Una metáfora de vida, como la describe ella misma. Mientras desglosa el origen de la obra, gesticula para enfatizar que la vida es el momento en el que hay que observar lo que se posa frente a los ojos. Más que comparar, como dice el dicho que “la grama es más verde del otro lado”, la vida es abrazar las cosas malas que pasan, el trabajo duro, y darse cuenta que todo aquello, es lo que realiza a cada persona. “No me gusta decir que tengo razón en esto, porque no lo sé, pero puedo sugerirlo y sumergirme en lo que transmito, porque en ese momento, la audiencia me tiene”, comenta con una chispa de humildad saliendo de sus ojos.

“En el escenario puede pasar cualquier cosa”, admite. Puede incluso llover cuando se está inmerso en el momento. Los elementos participan para armar una pieza digna de aplausos, mientras Charlotta va de sí misma al personaje, de un lugar a otro, conectando emociones.

No sería la primera vez que la directora de Jus de la Vie pisa suelo zuliano, pues hace seis años visitó Maracaibo para participar en conjunto con Danzaluz, y tampoco es nuevo para ella interpretar la gura femenina en una puesta en escena; sin importar que ella sea mujer, es esencial realzar ese papel en cualquier ámbito artístico.

Lynn fue su papel anterior, una pieza que llevó su compañía a un recorrido de ocho años por el mundo, donde encarnó a la mujer en sí; un manifesto que rechazaba el esfuerzo de niñas, jóvenes y adultas, de encajar en una sociedad que dicta qué es correcto y que asimismo, calla voces. “Corres de un lado para otro sin saber qué hacer y no consigues tu propia voz, cambias todo en ti, te haces cirugías para convertirte en algo, pero pierdes todo aquí dentro”, dice, mientras une sus dedos y señala su pecho con convicción.

Brutal, irónico y profundo

Los críticos describen sus obras con cuatro palabras: profundidad, ironía, brutalidad y humor. Para ella, esto no es una biblia, pero opina que cualquier entretenimiento debe variar en niveles. La profundidad y oscuridad son necesarias para que la risa nazca y permita la cercanía al ser interior. “Desearía saber más de lo que ocurre en Venezuela, saber más sobre el mundo para expresarme mejor. Pierdes mucho de la vida si no vas a lo profundo”.

La brutalidad incide en el esfuerzo físico, la agonía que produce un cuerpo en brusco movimiento, casi destruyéndose, pero también en lo tragicómico, lo poco usual, lo humillante, lo irónico, el humor. “Siempre hay profundidad en la ironía, te ríes, pero aprendes. Eso me gusta”.

Sin embargo, la brutalidad excesiva no transmite. En este tema, cedió la palabra a su técnico, David. “A veces para la gente que no baila, la danza contemporánea es incomprensible cuando es muy abstracta. En septiembre vi una pieza en Nueva York y no pude parar de reírme. Este no es el caso de Lucky, no necesitas conocer sobre danza para entender el mensaje”.

Cada pieza de arte es importante, sin embargo, Charlotta le da importancia al mensaje, más que al arte para sí misma. “No estoy interesada en eso, preferiría entonces irme a la playa, es igual de egoísta si hago algo que me complace a mí, pero que la audiencia no entiende”.

Charlotta expresa: “Ese es su oficio, por lo que vive. El aprendizaje del baile contemporáneo es lo que ofrece, la profundidad, lo que transmite”.

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