El diario plural del Zulia

Donnie Yen quiere que sus huellas en Hollywood sean ejemplo en Asia

El actor chino Donnie Yen eternizó en cemento las huellas de sus manos y pies en el Teatro Chino de Hollywood, en un homenaje con el que quiere despertar la pasión de más asiáticos por la actuación.

El artista en artes marciales --varias veces campeón de combate wushu-- fue honrado por su trabajo en la gran pantalla, principalmente en China, pero en el que también destaca su participación en "Rogue One: A Star Wars Story".

"A veces ser un actor asiático no es fácil. Lamentablemente, por muchos años, los actores asiáticos no tuvieron las mismas oportunidades", dijo Yen, de 53 años, en la ceremonia. "Pero creo que esto viene cambiando y sin duda me gustaría ser un actor que sirva de ejemplo".

Opacado durante años por Jackie Chan y otras estrellas del kung fu, Yen se viene abriendo espacio en Hollywood, sobre todo después de aparecer en "Blade II" de Guillermo del Toro, en 2002.

En "Rogue One", que se estrena el 15 de diciembre en los principales mercados de América Latina, interpreta a un monje guerrero que forma parte del grupo de rebeldes que roba los planos de la Estrella de la Muerte.

"La fuerza está conmigo y con todo el mundo", expresó usando una expresión típica de la saga de las Guerras de las Galaxias.

En "xXx: Return of Xander Cage", que se estrena en 2017, hace el papel antagónico a Vin Diesel.

Nacido en la provincia china de Guangdong, Yen llegó a Hong Kong --donde ahora vive-- a los dos años de edad y luego se mudó a Estados Unidos, donde creció en el Chinatown de Boston.

Entró en las artes marciales por su madre, que fue una maestra del wushu y el tai chi, y lo hizo estudiar kung fu. A los 16 años, cuando comenzó a involucrarse con pandillas en Boston, fue enviado a Pekín por dos años para completar su entrenamiento.

Su entrada a Hollywood se la debe al veterano director Yuen Wo-ping, coreógrafo de la trilogía "Matrix", que buscó convertirlo en el nuevo héroe del kung fu.

Yen ha hecho hincapié a lo largo de su carrera en desmontar los estereotipos sobre los asiáticos, rechazando varios papeles con "ridículos estereotipos" como catalogó un guión de Francis Ford Coppola a mediados de los 90.

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