El diario plural del Zulia

Deneuve, una diva leal a la Berlinale con un papel a su medida

La diva francesa Catherine Deneuve acudió hoy a la Berlinale con un papel hecho a medida, una mujer que no se ciñe a las reglas de la edad, y dispuesta a dar brillo a la alfombra roja de un festival al que la une una relación de lealtad mutua.

"Sage Femme", dirigida por Martin Provost, se presentaba en la sección oficial, aunque fuera de competición, con Catherine Frot como coprotagonista en el papel de una comadrona en cuya vida irrumpe Béatrice (Deneuve), una mujer que nunca dejó pasar una ocasión de seducir.

"Escribí el guión pensando en ella, eso está claro", admitió Provost, en relación a su Béatrice, fumadora y bebedora empedernida que devora bistecs con patatas fritas como siempre hizo, a pesar de que debería privarse de todo, por edad y salud.

"Es un papel hermoso, adoro este tipo de papeles, aunque eso no significa que sea exactamente como esa mujer", atajó Deneuve, a la pregunta de cuánto hay de esa Béatrice que apura la vida a borbotones a pesar de que se le diagnosticó un cáncer.

El teórico eje del filme es la entregada comadrona, Claire, que interpreta Frot, pero será el torrente vital de Deneuve quien le arrebate el protagonismo, del mismo modo en que fue también ella el imán de los flashes en la presentación del filme ante los medios.

"Por favor, no más fotos", pidió, sintiéndose asediada por la prensa gráfica o tal vez temiendo que el objetivo de esta sea captar el paso del tiempo sobre su rostro.

Su melena rubia sigue inalterable -muy de acuerdo a su imagen en los anuncios de una marca cosmética, uno de los patrocinadores del festival-, pero Deneuve ya no es la diva altiva o hasta desdeñosa que fue en anteriores visitas a la Berlinale.

Se sometió a las preguntas, alternó el inglés y el francés en sus respuestas, y hasta se permitió mostrarse algo cercana al término de la ronda de preguntas y firmar algún autógrafo.

La actriz, con más de 50 años en la profesión, es una presencia habitual en las últimas ediciones del festival berlinés.

Esta vez acudió con una película que no es una obra maestra comparable a sus buenos tiempos con François Truffaut, por ejemplo -como indicó sin contemplaciones una periodista ante su director.

Tampoco está a la altura de "Séraphine", el filme que le dio a Provost siete premios César.

Sí es, sin embargo, un filme sensible, basado en la relación entre dos mujeres -la examante del padre de la otra, un campeón de natación que se suicidó cuando esta le abandonó.

Béatrice deberá romper la impaciencia y hasta agresividad con que la recibe la comadrona, una mujer que hace su trabajo con mimo y profesionalidad, pero a la que cuesta perdonar a la seductora que destrozó sus vidas.

Por el filme discurren varios partos y alguna cesárea -"nunca había visto salir la cabeza de un bebé en un parto, pero ahora sería capaz de asistir a uno, si se diera esa emergencia", apuntó Frot.

Fuera de lo que el espectador ve discurrir ante sus ojos, hay una historia personal entre el director y la película, dedicada, explicó, a una comadrona, a la que él debe su vida, ya que además de asistir al parto fue su donante en medio de una situación de emergencia y a falta de reservas en los bancos de sangre.

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