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Llega a Buenos Aires el Rainbow Warrior, el barco más ecológico de Greenpeace

El Rainbow Warrior III, un velero construido gracias al único apoyo de los socios de Greenpeace con tecnología para reducir al máximo su huella ecológica, llegó hoy a Buenos Aires para conmemorar el 30 aniversario del desembarco de la ONG ambientalista en Argentina.

La nave, de más de 800 toneladas, 58 metros de longitud y una velocidad máxima de 15 nudos (unos 30 kilómetros por hora), es el primer buque construido específicamente para ser utilizado por Greenpeace y cuenta con el pasaporte verde, que garantiza que todos sus componentes se podrán reciclar una vez sea desguazado.

Además, cuenta con novedades tecnológicas que la convierten en todo un arma de combate contra el cambio climático totalmente respetuosa con el medioambiente: sus velas de 1.260 metros cuadrados permiten reducir el uso de combustibles fósiles al 80 %.

"Es un velero muy eficiente, nunca habíamos tenido un velero, ya que el anterior Warrior era un pesquero adaptado", detalla Emili Trasmonte, primer oficial de la embarcación ecologista, que precisa que el Warrior tiene capacidad de gestionar basura "al nivel del puerto más exigente".

Trasmonte viaja junto al resto de la tripulación desde la Patagonia chilena, de los llamados "mares del fin del mundo", donde, según repasa Hernán Nadal, director de Comunicación de Greenpeace argentina, un conjunto de empresas salmoneras está poniendo en peligro el medioambiente y la salud de la gente.

Antes de partir hacia Brasil para proteger una barrera de coral descubierta recientemente, el Rainbow Warrior III hace un parada en Buenos Aires para conmemorar los 30 años de Greenpeace en Argentina, uno de los países donde la ONG tiene más fuerza, con unos 140.000 socios.

De acuerdo con Nadal, el país suramericano tiene algunas deudas pendientes con el medioambiente, como la presencia de la minera canadiense Barrick Gold, que, denuncia, viola en la actualidad la ley de protección de glaciares y en los últimos dos años provocó tres derrames de materiales contaminantes.

No obstante, en todos estos años consiguieron logros significativos, según recuerda, como la aprobación en el Congreso de una ley que protege los bosques nativos del país.

También obtuvo mucho apoyo en Argentina la campaña de la organización ambientalista para frenar las prospecciones petroleras en el ártico, en la que los tripulantes del Warrior tuvieron una participación activa: con la ayuda de otro barco interceptaron un buque petrolero que transportaba combustible desde el Ártico.

La acción ocurrió en mayo de 2014, en el puerto holandés de Rotterdam, y Trasmonte la recuerda como una de las más emblemáticas: "Conseguimos retener la entrada en puerto al primer cargamento de petróleo del Ártico. Fue una acción muy espectacular pero muy simbólica porque es una de nuestras campañas más importantes".

Ahora, desde el 7 al 9 de abril y durante las vacaciones de Semana Santa, los porteños podrán acercarse hasta la zona de Puerto Madero de la capital para visitar la emblemática embarcación e imaginarse en una de las múltiples batallas de Greenpeace por la protección del medioambiente.

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