El diario plural del Zulia

Las razones de ser un otaku

La cultura japonesa rompiendo fronteras ha logrado captar un gran número de seguidores que expresan abiertamente su fanatismo para entretenerse y relajarse

Personas fanáticas de la cultura japonesa, más específicamente de los mangas y el animé son llamados popularmente “otakus”. Niños, adolescentes y adultos que muestran abiertamente su gusto  hacia estos tipos de  artes de entretenimiento del país asiático. Este tipo de fanatismo se demuestra de diversas maneras como tener puesta una camiseta de una serie popular, brazaletes, chapas, pero el más llamativo es el famoso cosplay, que consiste en disfrazarse e interpretar a un personaje. Un movimiento que tiene muchos seguidores pero también detractores. ¿Pero por qué habrá personas que son miembros de este grupo? ¿Cuáles son sus motivos?

El animé se transmitía en Venezuela prácticamente desde que empezó la televisión. Astro Boy y Meteoro fueron las más populares en las décadas de los sesenta y setenta. Pero fue a partir de los noventa donde surgió el boom del animé por series  como Dragon Ball Z, Sailor Moon, Super Campeones, Evangelion, entre otras. Los televidentes, que en su gran mayoría eran niños y adolescentes, se enamoraron de este estilo de arte y entretenimiento  que luego logró consolidarse con la llegada del internet. Desde hace una década las convenciones dedicadas a esto se volvieron cotidianas en las principales ciudades del país.

Fascinación por la cultura japonesa

Varios lo ligan por lo fascinante que les puede resultar la cultura japonesa. “Me gusta  su historia que habla de tradiciones y siempre las cosas tienen un significado, para Japón todo pasa por algo”, explica Víctor Bustamante, programador informático fanático del animé/manga quien vive en Maracaibo. Un caso particular es el de Rebeca Montiel, relacionista pública marabina también seguidora, que lo ve ligado a su conexión familiar, “tengo familia japonesa del lado materno. Mi abuelo por parte de madre era japonés y gracias a él y a mi abuela me vi involucrada en dicha cultura.”

“Desde que comencé a ver animé comenzó una curiosidad por ver que iba más allá de toda la animación. Cuando vi Samurai X por primera vez me interesé muchísimo en la historia. Me gusta porque está llena de misticismo y colorido. Además que muchas cosas de esta cultura occidental vienen de expresiones artísticas de allá”, así lo describe Carlix Alfonzo, gran fanática  que hace de animadora en eventos y publica reseñas en su sitio web especializado.

Más que comiquitas

El animé se ha hecho conocer mundialmente por no ser unos simples dibujos animados infantiles. Esa es una de las razones por las cuales a mucha gente le gusta, incluyendo a los mayores de edad. “Las historias eran más profundas, los personajes tenían más dimensiones y eso me llamaba mucho la atención, además del colorido y la continuidad de episodios. No habían muchas series que ofrecieran eso, además que empecé a leer libros a temprana edad y el animé me ofrecía historias así; con personajes que se desarrollaban e historias que evolucionan a medida que avanzan en episodios”, explica Alfonzo.

Explicaciones muy parecidas da Rebeca Montiel, “De muy pequeña veía Heidi, Candy Candy, Pokemón o Sailor Moon sin saber que a todo esto se le llamaba animé, hasta que un día a mis nueve años. Poco a poco fui enamorándome de todo ello pues las historias, el dibujo y los personajes me parecieron fascinantes. Pronto, la curiosidad me llevó a ver más animes y leer más mangas con el tiempo.”

Más que comiquitas

El animé se ha hecho conocer mundialmente por no ser unos simples dibujos animados infantiles. Esa es una de las razones por las cuales a mucha gente le gusta, incluyendo a los mayores de edad. “Las historias eran más profundas, los personajes tenían más dimensiones y eso me llamaba mucho la atención, además del colorido y la continuidad de episodios. No habían muchas series que ofrecieran eso, además que empecé a leer libros a temprana edad y el animé me ofrecía historias así; con personajes que se desarrollaban e historias que evolucionan a medida que avanzan en episodios”, explica Alfonzo.

Explicaciones muy parecidas da Rebeca Montiel, “De muy pequeña veía Heidi, Candy Candy, Pokemón o Sailor Moon sin saber que a todo esto se le llamaba animé, hasta que un día a mis nueve años. Poco a poco fui enamorándome de todo ello pues las historias, el dibujo y los personajes me parecieron fascinantes. Pronto, la curiosidad me llevó a ver más animes y leer más mangas con el tiempo.”

Detractores a la vista

Un ejemplo es el de Nathalie Bastidas, estudiante de comunicación social residenciada en la ciudad de Maracaibo opina que no odia a la gente que se considera otaku. Solo que no le gusta los dibujos animados. “Odio las comiquitas y los animé, me parecen lo mismo. Ni de pequeña vi dibujos animados ni nada parecido”, confiesa. Según ella estos contenidos son una “pérdida de tiempo”.

Carlix Alfonzo se defiende ante las opiniones negativas, “¿Qué tienen que acercarse y ver. Sí, tenemos nuestras cuotas de "bobos" pero ¿que hobbie no los tiene? ¿Conoces a personas fanáticas del manga/anime  que no lo expresan abiertamente temiendo a posibles burlas e insultos? ¿A estas alturas de la modernidad? Muy pocas, que nos guste el animé ya es algo medianamente normal y hasta cool como gustarte los comics o los videojuegos. Eso era antes que ser otaku era ser mal visto como un gordo virgen y apestoso. Ahora es incluso sexy”, termina de puntualizar con risas.

¿Obsesión o fanatismo?

Suele haber contradicciones o malentendidos a la hora de llamar alguien otaku. Para muchos ser eso es alguien que solamente ama el arte y cultura japonesa sin que lo exprese de manera evidente con alguna indumentaria, accesorio o disfraz. Mientras hay otros que quienes consideran que sí aquellos que lo expresan de manera muy abierta y fanática.

Para Víctor Bustamante considera innecesaria esa manera de juicio sobre ser o no ser, “una persona que le gusta el arte japonés, yo sé que nunca puedo hacer que las personas piensen en lo mismo que yo así que defender siempre el animé ante todo es subjetivo, puedes mostrar tu apoyo pero con conocimiento de que tu opinión no es ley, defiende tus gustos sí pero no te pases.”

Explicación sociológica

Norma Caira, socióloga y profesora universitaria, define estas actitudes como parte a la atracción de representación a un personaje y una cultura. Explica que los motivos de la actividad del cosplay es que se ven reflejados en sus personajes favoritos sea por su físico, habilidades o motivaciones. “Buscan una serie de identificación de un sueño”, matiza.

“Los fanáticos van a los eventos para disfrutar un momento de entretenimiento y relajación para salir un poco de la cotidianidad”, dice Caira. Además considera que son comportamientos normales del ser humano y no deberían peligrar sus valores culturales originales ya que los califica de deseos espontáneos que buscan representar su fantasía para después regresar a su vida rutinaria.

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