Condenada a cuatro años de cárcel a una activista con cáncer terminal
Un tribunal chino ha condenado a 4 años de cárcel a una activista que sufre cáncer terminal por un delito de "alteración del orden", comúnmente utilizado en el país contra los críticos con el Gobierno, confirmó la organización Chinese Human Rights Defenders (CHRD).
La sentencia contra Zhang Shuzhi, de 55 años, es una represalia por haber protestado abiertamente contra el Ejecutivo y haber defendido los derechos de otros activistas o pedido su liberación, según la ONG, con sede en Hong Kong.
El veredicto se anunció a finales de enero y en este tiempo las autoridades han rechazado concederle la libertad bajo fianza a pesar de su delicado estado de salud, denuncia CHRD en un comunicado.
Zhang se convirtió en los años 90 en una peregrina de la justicia china, los llamados peticionarios, que acuden a Pekín a reclamar al Gobierno central una respuesta a cualquier problema que hayan sufrido en sus localidades y que consideran que las autoridades de su región han obviado.
La empresa en la que trabajaba Zhang rechazó pagarle algunos salarios por una enfermedad que sufría y la activista comenzó a buscar justicia, desvelando en el proceso prácticas corruptas de uno de los responsables de su empresa.
A causa de sus protestas públicas, la activista fue víctima de todo tipo de abusos, desde amenazas a agresiones físicas, y ha estado en varias ocasiones recluida en cárceles ilegales, las llamadas prisiones "negras", o en los ya cerrados campos de reeducación, donde las autoridades podían encerrar a una persona sin necesidad de que pasase por juicio.
En estos años, pasó de ser una peticionaria a una activista en defensa de las libertades y participó en varias campañas para pedir la liberación de otros compañeros, como Xu Zhiyong, condenado a cuatro años de cárcel, o Cao Shunli, quien falleció en un hospital chino mientras estaba detenida.
Como ha ocurrido en otros casos similares, el proceso contra Zhang ha estado plagado de irregularidades desde el principio. Las autoridades no notificaron a su familia que estaba detenida en el tiempo que marca la ley y no le permitieron que escogiera un abogado que le representase.
En el juicio, celebrado en diciembre, el juez interrumpió en repetidas ocasiones a Zhang cuando la acusada trataba de defenderse sin fuerzas casi para hablar por su estado de salud, apunta CHRD.
Además, el abogado escogido por la familia, Lü Fangzhi, sólo pudo encargarse del caso al terminar el juicio y entonces las autoridades le siguieron poniendo trabas, en este caso, dificultando que se reuniera con su cliente.
