El diario plural del Zulia

Cíngaro lleva cine a las comunidades

Cíngaro Cine Móvil se identifica a sí mismo como un espacio dedicado a la difusión cinematográfica, un proyecto de cine itinerante que impulsa y promueve actividades gratuitas para acercar el arte y la cultura a las comunidades. Sin embargo, no se queda allí. Cíngaro es, en resumen, una de las propuestas más innovadoras de las que hoy en día se pueden disfrutar en Maracaibo y en otros municipios dentro y fuera del estado Zulia, donde se realizan funciones continuamente.

Según la Real Academia Española, “cíngaro” (o “zíngaro”) es un adjetivo que hace referencia a los gitanos y sus pueblos nómadas. A su vez, el término “itinerante” se define como ambulante, que va de un lugar a otro sin permanecer mucho tiempo fijo en un mismo lugar, y sus componentes léxicos que tienen origen en el latín, guardan relación con las palabras “viaje” y “camino”. Entonces, esta es una iniciativa que se mueve y es viajera.

Un cielo a oscuras, noches con viento, una pantalla inflable de cinco por tres metros, dos cornetas y un potente proyector, es todo lo que Cíngaro necesita. Desde principios de año han estado exhibiendo películas con esta modalidad en plazas como La República, Baralt y Santa Lucía, en la sede de Las Mercedes del Centro Venezolano Americano del Zulia (CEVAZ), durante la temporada de lluvia, y como de costumbre en el estacionamiento del Centro Comercial Costa Verde ubicado en la avenida Bella Vista de la capital zuliana.

La historia
Anteriormente, todas las funciones se hacían al aire libre en las instalaciones de la Organización Comercial Belloso (Cobeca), donde nació la propuesta en julio de 2012. Fue el empresario y economista Manuel Alberto Belloso, vicepresidente de la División Farmacéutica de Cobeca, quien fundó Cíngaro como una iniciativa personal, “un sueño que en un principio no involucraba a la corporación”, que tenía el propósito de llevar la magia del cine a Maracaibo para tener una ciudad más amena y humana. En cartelera: La juventud de Italia, Taxi de Irán y El asesino de Taiwán. Todas con entrada gratuita

Belloso relata que, posteriormente, se adquirieron equipos de última tecnología que permiten proyecciones en alta definición y con sonido de gran calidad, caben en una camioneta y se arman en apenas 20 minutos. De esta forma empezaron a realizar muestras para los empleados y sus hijos, hasta que surgió la idea de extender las funciones a los cinéfilos de la capital. A la Fundación Belloso, encargada de prestar ayuda y fomentar programas de educación, salud y recreación, le gustó tanto la propuesta que decidió respaldarla en su totalidad como un proyecto de responsabilidad social empresarial.

“Ahora, Cíngaro, le pertenece a la comunidad. Así lo considero. Hemos tenido experiencias bellísimas. Hemos estado en Mucuchíes, Mara, la Sierra de Perijá y diversos sitios de la ciudad”, asegura el economista mientras apunta que el futuro de este espacio debe centrarse en las comunidades de bajos recursos para educar a través del cine.

En la red cultural
Aunque su estilo es de autocine, no necesariamente hay que estar en un vehículo para participar. Incluso la organización tiene preferencia por las bicicletas y regularmente invita a la colectividad a asistir en dos ruedas, tal como ya lo han hecho en varias oportunidades mediante alianzas con el grupo Ciclovías Maracaibo. Para ellos y el resto que va a pie, siempre habrá sillas suficientes.

Además, Cíngaro se ha encargado de establecer alianzas con otros proyectos y distintas instituciones para que la difusión artística sea mayor, su alcance se extienda y se mantenga. Algunas de ellas son: el Centro de Arte Lía Bermúdez, el Teatro Baralt, el Museo de Arte Contemporáneo del Zulia, la Alianza Francesa, el Cine Club de la Universidad del Zulia y diversas embajadas y alcaldías como la de Maracaibo, gracias a la que han podido asistir a colectividades desfavorecidas de la ciudad.

En múltiples oportunidades, esta invención cinematográfica ha presentado cintas hasta para un público de 800 personas y durante todo su notable recorrido ha manteniendo como objetivos “el brindar cine gratuito para las comunidades y construir ciudadanía; fomentar valores que realmente hagan de Maracaibo un lugar más vivible. A la vez, ofrecer a los cinéfilos un cine de autor, un cine no comercial, con contenido, independiente, emblemático, de significación histórica… Esas películas que no traen a las salas de cine”, tal como lo detalló Andreína Carrillo, responsable y propulsora de la iniciativa desde el comienzo. “Aquellos que buscan el buen cine saben que pueden contar con nosotros”.

Lo que promete
La última película proyectada fue puesta en escena el pasado jueves 19 de mayo y llevaba por nombre “Ocho apellidos vascos”, una muestra de cine español contemporáneo de calidad. Sus ideas a futuro prometen, por un lado, mantener como momento de encuentro semanal los jueves a las 7:00 p. m. en una misma sede, que hasta ahora seguirá siendo el estacionamiento del C.C. Costa Verde, y por otro visitar nuevos espacios patrimoniales, plazas, sectores y ser una opción para las instituciones que soliciten proyecciones el resto de la semana.

El encargado de gestionar las actividades de Cíngaro, Ramón Bazó, explicó que lo próximo en su programación fija es un ciclo de cine que reúne una selección de títulos ganadores en los mejores festivales internacionales.

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