El diario plural del Zulia

Chile pierde a Juan Radrigán, uno de sus mayores dramaturgos

Las letras chilenas perdieron a Juan Radrigán, uno de sus mayores dramaturgos y premio Nacional de Arte 2011, que utilizó su obra para rebelarse contra la dictadura de Augusto Pinochet (1973-90) y dar voz a los desamparados.

El gobierno chileno ha decretado luto oficial este martes, día de su funeral, anunció el ministro de Cultura, Ernesto Ottone.

"El teatro chileno está de luto. Con la muerte de Juan Radrigán se va uno de nuestros autores más destacados. Mi sentido pésame a su familia", tuiteó la presidenta Michelle Bachelet.

El autor de "El loco y la triste", fallecido el domingo a los 79 años a causa de un cáncer de pulmón, fue velado hasta la noche de este pasado lunes en la sede del Sindicato de Actores, Sidarte, en la capital chilena.

Sus restos serán trasladados el martes al Teatro Nacional Chileno, donde amigos y admiradores le rendirán un homenaje. Su funeral se celebrará posteriormente en el cementerio El Manantial de Maipú.

Ganador del Premio Nacional de Artes de la Representación en 2011, y del Altazor en dos ocasiones, Radrigán "era un hombre profundamente conectado con el pueblo chileno y su sabiduría", dijo el ministro, quien confirmó que la decimoséptima edición de la Muestra Nacional de Dramaturgia -que se lleva a cabo actualmente- será dedicada al autor, quien participó en ese encuentro en diversas ocasiones.

Radrigán convirtió a los marginados de la sociedad en protagonistas de sus obras, prescindiendo de grandes escenografías y realizando sus creaciones en espacios populares.

En la dictadura, su obra fue un arma de rebelión, dando voz a los marginados, los huérfanos y los perseguidos.

Varios de sus textos han sido montados por directores nacionales y extranjeros, como "Hechos consumados", llevada a las tablas en Londres, Inglaterra, por el director inglés Robert Shaw.

Sus textos se convirtieron en emblemas de la resistencia al régimen, como "Las Brutas" (1980), "El loco y la triste" (1980), "Hechos consumados" (1981) y "El toro por las astas" (1982).

Su lenguaje se acercaba al de las clases sociales bajas, ya que era precisamente a este segmento de la población al que quería llegar.

Tras una primera etapa marcada por lo social, su teatro posdictadura derivó en otros conflictos como los amores inconclusos o sin destinatarios, y los personajes fantasmales que transitan entre la vida y la muerte, como en "Amores de cantina".

Nacido en Antofagasta (norte) en 1937, este cronista del Chile de los últimos 30 años aprendió a leer con la Biblia, el único libro que había en su casa, según la prensa local.

Lea también
Comentarios
Cargando...