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El afamado pintor Zeng Fanzhi retorna a las raíces de la estética china

Con sus extraños personajes de ojos desorbitados, el pintor Zeng Fanzhi es uno de los artistas más cotizados a nivel mundial. En su juventud se inspiró de los grandes maestros occidentales, pero ahora le interesa la estética tradicional de su China natal.

"Al principio resultaba más bien agradable ver que te valoran y que vendes muy caro, pero al cabo de un tiempo empieza a ser irritante", cuenta el artista.

"La gente empieza a criticar y el éxito pasa factura, altera el proceso creativo", declaró en una entrevista a la AFP, al margen de la mayor exposición sobre él en la capital china.

Zeng Fanzhi es el segundo artista chino vivo más cotizado, después de Cui Ruzhuo, según el Hurun Report, una publicación que se basa en el resultado de las ventas en subasta.

En 2013, uno de sus lienzos, "The last supper" (2001), se vendió en Hong Kong por 23,13 millones de dólares, un récord para un artista asiático contemporáneo.

"The last supper" forma parte de la serie de las "Máscaras", esos cuadros con jóvenes lívidos que parecen salidos de un tebeo, con sus grandes ojos. Personajes que simbolizan la historia reciente de China y el paso del idealismo de los años 1980 al materialismo de los 90 y al triunfo del dinero.

La serie de las Máscaras es una parte de la carrera de Zeng Fanzhi, nacido en 1964 en la gran ciudad obrera de Wuhan, en el centro de China.

Su popularidad lo ha convertido en una especie de marca de fábrica, lamenta, como un cliché de la China vista por los occidentales. Las casas de subasta usaron las máscaras para subir las ventas, acusa.

- Del hambre a la carga mental -

Empezó de la nada cuando el mercado del arte era inexistente en su país.

Ahora que se reconoce el talento de los artistas, Zeng Fanzhi asegura que ya no necesita buscar inspiración ni reconocimiento en el extranjero.

"En los años 1980, estábamos sedientos de conocimiento sobre el extranjero: queríamos comprender el resto del mundo y descubrir el arte occidental", explica, refiriéndose a su obsesión juvenil por Paul Cézanne, Willem de Kooning o Lucian Freud.

"En la actualidad la cantidad de información que recibimos es tal que se llega a una carga mental. Necesito ensimismarme para saber quién soy", dice.

La retrospectiva "Trayectoria: Zeng Fanzhi", con unas 60 obras, se expone hasta el 19 de noviembre en el Centro Ullens para el arte contemporáneo (UCCA).

Entre las obras exhibidas figuran algunas de sus últimas creaciones: cuadros sobrios en blanco y negro inspirados en la dinastía de los Song (960-1279), una de las edades de oro de la civilización china. Zeng Fanzhi explora la textura del papel, su pincel se aventura por las sutiles variaciones del grano. Una técnica de los antiguos filósofos chinos.

"Cuando uno envejece, el sentido de la estética y los gustos van cambiando", explica el artista, convertido en coleccionista de arte tradicional y dibujante de jardines literarios.

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