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Semenya ante el TAS: las reglas sobre hiperandrogenismo a examen

La Federación Internacional del Atletismo (IAAF) decidió un nuevo reglamento que afecta a las atletas femeninas que producen naturalmente mucha testosterona, forzando a que la reduzcan por métodos químicos, algo que ha suscitado una enorme polémica

¿Qué hay que hacer con las deportistas hiperandróginas? La espinosa cuestión resurge con fuerza a partir del lunes con la audiencia en el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) de Lausana, que durante cinco días estudiará el recurso de la sudafricana Caster Semenya contra las nuevas reglas al respecto en el atletismo.

La Federación Internacional del Atletismo (IAAF) decidió un nuevo reglamento que afecta a las atletas femeninas que producen naturalmente mucha testosterona, forzando a que la reduzcan por métodos químicos, algo que ha suscitado una enorme polémica.

¿Qué es la hiperandrogenia?

La hiperandrogenia es un exceso de hormonas sexuales masculinas. Se caracteriza principalmente por una producción natural más elevada de testosterona, una hormona masculina que puede ser utilizada también como un producto dopante.

El tema convulsiona a la IAAF desde la emergencia en el panorama del atletismo de Caster Semenya y su eclosión en el Mundial de Berlín-2009. La sudafricana, campeona del mundo de 800 metros ese año en la capital alemana, tuvo que someterse después a pruebas de femineidad y estuvo once meses sin competir.

En 2011, la IAAF fijó un umbral de testosterona de 10 nanomoles por litro de sangre para las atletas que compiten en categoría femenina, pero el TAS, tras un recurso de la india Dutee Chand, suspendió esa decisión en 2015, dando dos años de plazo a la IAAF para presentar un estudio científico que pruebe la superioridad de las atletas hiperandróginas.

En 2017, la revista médica British Journal of Sports Medecine publicó un estudio encargado por la IAAF que demuestra que las mujeres con tasas de testosterona más elevadas tienen mejor rendimiento en algunas disciplinas: el lanzamiento de martillo (4,53%), el salto con pértiga (2,94%), los 400 metros vallas (2,78%), los 400 metros (2,73%) y los 800 metros (1,78%). Por contra, las diferencias no son significativas en los 100 y los 200 metros.

En abril de 2018, la IAAF impuso a las atletas que presenten "diferencias de desarrollo sexual" (DSD) que hagan bajar con medicamentos sus tasas de testosterona hasta bajar de 5 nanomoles por litro de sangre, si quieren participar en pruebas internacionales desde los 400 metros a la milla (1.609 metros).

¿Qué recurre Semenya ante el TAS?

Caster Semenya denuncia el nuevo reglamento, con el apoyo del gobierno sudafricano, al estimar que están destinadas a "ralentizar" su ritmo.

"Quiero simplemente correr de manera natural, como lo hago desde que nací", declaró la doble campeona olímpica (2012, 2016) y triple campeona mundial (2009, 2011, 2017) de los 800 metros. "No es justo que me pidan cambiar, no es justo que la gente se pregunte quién soy", añade.

Sus abogados hablan de "discriminación".

"Semenya es incontestablemente una mujer. Solicita ser respetada y tratada como cualquier atleta", subrayaron este jueves.

¿Qué piensa el mundo del deporte?

El asunto genera división en el mundo del deporte. Algunos consideran que estas atletas tienen una ventaja y que incluso se puede considerar una especie de dopaje.

"No es deporte", aseveró en 2016 la exmaratoniana Paula Radcliffe, a quien la IAAF había recurrido para defender su posición ante el TAS en 2015.

El jueves, Alain Calmat, presidente de la comisión médica del Comité Olímpico Francés (CNOSF), se preguntó públicamente sobre las relaciones entre hiperandrogenia y dopaje.

"Estamos preocupados por las nuevas formas de doparse. La intersexualidad, ¿es dopaje o no? En cualquier caso, es algo relacionado con la ética", afirmó ante la Comisión de Cultura, Educación y Comunicación del Senado francés.

Sin llegar tan lejos, la francesa Renelle Lamotte, dos veces subcampeona europea de 800 metros, estima que la presencia de atletas hiperandróginas plantea un serio problema de igualdad.

"Si Semenya está ahí igual que todas las otras atletas hiperandróginas, no tengo casi ninguna opción de medalla mundial en mi carrera. Puede que un tercer puesto, pero puedo despedirme del oro mientras Semenya esté ahí", explica.

Para otros atletas, por contra, la igualdad en el deporte es una quimera.

"Me siento mal por Semenya", declaró en mayo de 2018 la campeona olímpica y mundial de salto con pértiga, la griega Ekaterini Stefanidi. "Quieren crear igualdad, ¿pero dónde se pone el límite? Soy una de las mujeres más bajas en la pista, ¿eso quiere decir que van a cortar las piernas a las más altas para que haya una correlación entre la altura y el rendimiento en la pista?", se preguntaba.

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