Roibal se consolida como el as rapaz
El emerger de Reinier Roibal ha sido discreto, como él, en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional.
Con la segunda mejor efectividad de la Liga (1.61), el cubano al principio luchó con lo que la mayoría de los foráneos se enfrentan al llegar a la Tierra del Sol Amada: la temperatura.
Aunque el clima zuliano es parecido al de su natal Cuba, hace una década que no vive en las Antillas. “Tengo 10 años viviendo en Estados Unidos, acá hay mucha humedad y al principio me golpeaba mucho. Ya siento que me he adaptado”.
Después de eso, todo fue ganancia. Con dos victorias y una caída en cinco apariciones en el montículo, en calidad de abridor, Roibal se ha mantenido enfocado en la zona, “en los pitcheos, en la localización, dónde tengo que lanzarlos y pensar lo que está pensando el bateador en ese momento”.
Los frutos han sido notables. Su perspectiva de juego, algo que adquirió en la isla antillana, donde sus compañeros, al menos los más experimentados que él entre sus 16 y 19 años, le enseñaron lo que ahora pone en práctica.
Las directrices que aprendió en casa y la experiencia obtenida en las ligas independientes de Estados Unidos han sido parte de su éxito, que hasta ahora le ha hecho abanicar a 25 rivales enfrentados y conceder apenas tres boletos en la pelota criolla. Además de una relación de 1.21 boletos cada nueve episodios y 10.7 ponches por cada nueve entradas.
De tímido hablar, el serpentinero cubano se ha erigido como el as de la rotación de las Águilas del Zulia, especialmente tras la salida de Elieser Hernández por órdenes de los Astros de Houston.
Humildad ante todo
Asumir la nueva responsabilidad y etiqueta de “as” no le quita el sueño. “No me enfoco en eso, simplemente me enfoco en cada salida, dar lo mejor de mí. No es mi meta ser el as del equipo, es simplemente esforzarme cada vez más”.
Especialmente, cuando la temporada se torna más exigente. “El béisbol tiene mucha calidad aquí en Venezuela y según va pasando el tiempo, cada vez se pone más fuerte”.
El antillano, sin embargo, demuestra estar preparado para la tarea. La efectividad independiente de ldeo (FIP) mide los eventos que son responsabilidad exclusiva del lanzador, como ponches, bases por bolas y cuadrangulares. La de Reinier es de 1.78, la mejor entre los abridores de la Liga.
El reto se agranda cada día y Roibal se siente preparado para asumirlo
hasta que pueda.
“Ahorita no tengo planteado irme, excepto que, ni Dios quiera, pase algo malo, me dejen libre, una lesión o algo; pero sí quiero ayudar al equipo lo más que pueda”, dijo con firmeza.
La lomita del Estadio José Bernardo Pérez le espera esta noche (7:00), para enfrentar, en su sexta salida, a los Navegantes del Magallanes, en el segundo duelo de la gira exprés de las Águilas del Zulia.
