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La revolución de Liverpool: el año que el Rock & Klopp fue número 1 en la Premier

Klopp ha logrado empapar a su equipo, a su afición y a la ciudad con su estilo. El Rock&Klopp es ya el estilo de vida y de música que prospera a orillas del Mersey y suena en The Cavern Club

El Liverpool ha aprovechado la Navidad para encargarle una Premier a los Reyes Magos que llegan en primavera, los que traen títulos en la jornada 38. Porque la superioridad del equipo de Jürgen Klopp, escenificada a la perfección en la 'Blitzkrieg', la Guerra Relámpago con la que sometió al Arsenal, le despega de los rivales en la clasificación y le sirve de cierre perfecto a un 2018 en el que ha vuelto a escribir su nombre en las más altas instancias del fútbol.

Klopp ha logrado empapar a su equipo, a su afición y a la ciudad con su estilo. El Rock&Klopp es ya el estilo de vida y de música que prospera a orillas del Mersey y suena en The Cavern Club. Aunque desde que llegó, hace ya más de tres años, impregnó al Liverpool con un barniz diferente, con velocidad, verticalidad y fútbol ofensivo, ha sido en este 2018 cuando la descarga del 'virus Klopp' en el disco duro de Anfield ha alcanzado el 100%.

Lo ha hecho apoyado en varios pilares y en una perfección del plan a lo largo del año, sumando instrumentos al grupo hasta que el sonido ha sido tan fino como el alemán esperaba. Ya tenía voz, guitarra y batería, un trío potente en ataque con Salah, Firmino y Mané, que batieron récords en la Champions y que acaban el año con más de 75 goles entre los tres.

El egipcio, convertido en estrella mundial tras una temporada brillante, es el elemento más afilado de un tridente que lo tiene todo. Velocidad, gol y generosidad. Un tenedor para trinchar a cualquier defensa, como pudo comprobar y sufrir Emery con la zaga de su Arsenal.

Pero es que en enero contrató un bajo bastante alto. De 1,93 concretamente. La llegada de Van Dijk le dio al Liverpool aquello que más falta le hacía, la solución al problema estructural que Klopp localizó en su rascacielos y que amenazaba con colapsar su colosal obra. Con un central de su categoría, los 'reds' cerraron una vía de agua que pesaba más que los esfuerzos de Salah, Mané y Firmino por cerrarla.

Así se plantó el equipo de Anfield en la final de la Champions. Y aunque la perdió frente al Real Madrid, aquello no fue el punto final y sí un nuevo inicio.El verano trajo más cambios necesarios, más refuerzos, más madera. Una acústica, un contrabajo y un teclado.

Cambios notables

Se marchó Karius, señalado tras lo de Kiev, y llegó un Alisson que ha respondido a las expectativas. Invirtió en fondo de armario para no quedarse en paños menores cuando el frío aprieta y aterrizaron Shaqiri, Fabinho y Keita, piezas clave para el éxito arrollador en esta primera mitad de la temporada. El suizo da soluciones en partidos que no permiten que la electricidad se traslade al césped, el brasileño aporta equilibrio y el guineano pulmones y trabajo.

Y todos ellos convierten al Liverpool en una máquina que ha encajado ocho goles en 20 jornadas, que le saca nueve puntos al Tottenham y diez al Manchester City (con un partido menos) y que tiene a tiro la primera Premier de su historia, la primera desde la 89-90, la primera para toda una generación que sabe lo que es reinar en Europa pero que no se ha puesto la corona inglesa sobre la cabeza.

Aquel resbalón de Gerrard privó de festejar un título a un equipo que ahora, bajo la producción de Klopp, huele a número 1.

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