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Imparables

Los californianos proyectan finalizar la temporada con 112 victorias, sería el quinto equipo en la historia de las Grandes Ligas en sumar 110 o más lauros

Los Dodgers de Los Ángeles apuntan a alcanzar la gloria al concluir la temporada 2017 de las Grandes Ligas. Los californianos tienen las piezas para avanzar a la Serie Mundial, por primera vez desde 1988, y alzar el trofeo de campeones.

28 años han pasado desde la última vez que los Dodgers llegaron a la tierra prometida, desde entonces, accedieron 10 veces a postemporada. En cuatro ocasiones se quedaron en la Serie de Campeonato y las otras seis en las divisionales. Pero, ¿qué argumentos tienen esta campaña para no repetir la historia
y ser considerados claros favoritos? Todo, su pitcheo, tanto abridor como relevo, y su ofensiva provocan la envidia de cualquier organización.

Los Ángeles tienen el mejor récord (79 victorias y 33 derrotas) de toda la Gran Carpa y lideran con ventaja de 15 juegos la división Oeste de la Liga Nacional. Al finalizar la zafra, proyectan sumar 114 lauros, lo que les permitiría igualar a los Yankees de 1998, que tienen la segunda mayor cantidad de triunfos, y quedarían a dos de las 116 de los Marineros de Seattle en 2001.

El arma clave

Aunque el 2017 de los Dodgers parece el guion perfecto de una película, no todo fue color de rosa. En el inicio de la temporada, llegaron a estar en el tercer lugar del Oeste, con nueve victorias en 20 desafíos, una marca escandalosa para la nomina (242 millones de dólares) más alta del béisbol.

Pero desde el 25 de abril, todo empezó a cambiar, tal vez por coincidencia o porque todas sus piezas por fin de empezaron a acoplarse y a mostrar de qué están hechos, pero esa fecha quedó marcada por el ascenso del novato Cody Bellinger. Desde que se estrenó, el equipo de California tiene 70 triunfos en 92 duelos.

¿Qué trajo Bellinger? Su ofensiva. El inicialista batea para .264 en 92 compromisos, con 32 jonrones, 75 remolcadas, 62 anotadas, 17 dobletes y un OPS (suma del promedio de embasado más slugging) de .950. Sus 32 bambinazos de vuelta completa representan la segunda mayor cifra para un novel bateador de Los Ángeles, solo superado por Mike Piazza (35 en 1993), y proyecta romper el tope para la Nacional, que está en poder de Frank Robinson (38 en 1956). Desde su aparición, cada vez que el novato sensación es alineado, los Dodgers ganan el 76 % de sus desafíos.

Pitcheo de lujo

Cuando se habla de los lanzadores de los californianos, el nombre de Clayton Kershaw siempre está relacionado, aunque actualmente esté lesionado. Kershaw, junto al zurdo Alex Wood y Yu Darvish, su más reciente incorporación, prometen ser uno de los tridentes más dominantes del béisbol. Entre el tres veces ganador del premio Cy Young y Wood, suman 28 victorias, 245.2 entradas lanzadas, 280 ponches y efectividad de 2.16, mientras que Darvish se estrenó con el uniforme azul con 7.0 episodios en blanco y 10 abanicados ante los Mets.

Su pitcheo en general es el mejor de todas las Grandes Ligas, con promedio de carreras limpias recibidas de 3.09, la otra novena que se les acerca son los D-Backs de Arizona, con 3.52. En el desglose, la rotación tiene la mejor efectividad de la Gran Carpa (3.14) y su bullpen es el tercero mejor, con 3.02. Parte del éxito de sus apagafuegos parte de su cerrojo Kenley Jansen.

El curazoleño permite 1.30 rayitas por cada 9.0 innings lanzados, con 75 ponches, cinco bases por bola, cinco victorias y 28 salvados en 46 presentaciones. Otros que también han mostrado
su dominio son Pedro Báez (1.89), Josh Fields (2.75) y Brock Stewart (0.87).

Los Dodgers lucen como un conjunto sin fisuras, muy compacto y con las piezas para alcanzar el título, luego de casi 30 años. Solo un fantasma, que los ha atacado recurrentemente en 2017, les puede afectar en la recta final: las lesiones. Actualmente tienen 14 peloteros en lista de incapacitados, entre ellos Adrián González y Kershaw.

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