El diario plural del Zulia

Futuras estrellas del fútbol africano están a dieta por problemas económicos

Desde hace un año están listas las flamantes nuevas clases y habitaciones de la academia de fútbol del mítico club Tout Puissant Mazembe, en la República Democrática del Congo, pero el lugar sigue vacío por motivos políticos y económicos.

Propiedad de Moise Katumbi, un millonario empresario y figura de la oposición al gobierno, la academia se ha visto sacudida por la tormenta provocada por la marcha al exilio, en 2016, de su mecenas.

Esa circunstancia ha frenado el proyecto de la Katumbi Football Academy, que pretendía ser un trampolín hacia la cima del fútbol africano.

Todo el presupuesto de la academia sale de los fondos personales de Katumbi, pero desde que se exilió a Bélgica el dinero llega con cuentagotas.

Preocupado por la viabilidad de la escuela, su director general, el francés Regis Laguesse, no deja de inspeccionar el lugar, situado en una propiedad de Moise Katumbi. Los controles policiales en la entrada llevaron a los responsables de la academia a decidir que los alumnos se alojaran fuera del recinto.

Los ambiciosos planes se han frenado. Los entrenamientos, que ahora tienen lugar en el estadio del TP Mazembe, han tenido que espaciarse.

"Cada mes peso a los jugadores. Por primera vez en cinco años, los jugadores han perdido peso porque hemos estado obligados a reducir su comida", lamenta Laguesse, de 67 años, que ha formado a jóvenes futbolistas en lugares muy diversos, de Abiyán a Bangkok.

Exgobernador de la provincia minera de Katanga y presidente del TP Mazembe, Katumbi había anunciado su candidatura a las elecciones presidenciales que debían haber tenido lugar en 2016. Pero esas elecciones fueron retrasadas y, amenazado por un juicio por ataque contra la seguridad del Estado, el empresario decidió abandonar la República Democrática del Congo en mayo de 2016. Después fue condenado a una pena de prisión por fraude inmobiliario.

Con una sola pierna 

El estadio del Mazembe, un club emblemático cinco veces campeón de África, brinda una vista privilegiada sobre las minas de la región. En él, una treintena de alumnos de la Katumbi Football Academy entrenan bajo un sol de justicia.

Pese a los apuros financieros, los responsables de la escuela esperan seguir fichando jóvenes talentos. Se espera que 6.000 niños y adolescentes opten a 15 plazas.

"Cada vez tenemos que resistirnos a hombres que llegan con barba cerrada y que dicen que tienen 13 años. O incluso que dicen que pueden ser unos campeones, aunque tengan una sola pierna. Todos quieren creer en sus opciones", señala uno de los responsables, Johan Curbilié.

Cuando hay partido, el estadio de Lumbumbashi se llena. Esta vez el Mazembe se enfrenta al CF Mounana de Gabón.

Entre los jugadores que entran en juego está Arsène Zola, de 20 años y alumno de la primera promoción de la escuela. Hay hinchas que ondean una pancarta con su rostro.

De los doce miembros de la escuela que han pasado a ser profesionales, él fue el primero en llegar al primer plantel del Mazembe, a principios de 2016.

Al lado de las estrellas del equipo, el joven, que viene de una familia muy modesta, todavía se siente intimidado: "Estoy feliz y emocionado porque no todos los jóvenes pueden estar aquí".

En sus años de esplendor, Katumbi tenía la reputación de ser el presidente de club más generoso de África. Llegó a los mandos del Mazembe en 1997 y contrató a estrellas del continente, con salarios mensuales que alcanzaban decenas de miles de dólares, cuando el salario medio para un jugador de la República Democrática del Congo es de 100 a 200 dólares mensuales en época de competición.

Todavía hoy, pese a los problemas, los jugadores del Mazembe son los mejor pagados del país.

La escuela tiene como objetivo que uno de cada dos alumnos pueda llegar al fútbol profesional, una tasa de éxito muy por encima de las escuelas de Europa.

"Hay muchos jóvenes de la segunda promoción que han superado a los de la primera y ahora los de la tercera superan a los de la segunda", se ilusiona Laguesse, intentando mantenerse optimista pese a los problemas de su escuela.

Lea también
Comentarios
Cargando...