El "Águila Negra" destaca San Diego
La ofensiva de José Pirela le sigue abriendo espacio en el béisbol.
El zuliano tuvo un explosivo año con las Águilas del Zulia en el béisbol venezolano y en la sucursal triple-A de los Padres de San Diego, que le permitieron ascender a las Grandes Ligas a inicio de junio y adueñarse de un puesto en el roster de 25.
Desde que fue ascendido hace dos meses, Pirela se ha convertido en una pieza importante de la ofensiva de San Diego. En 2017, batea para .293 en 46 juegos, con 22 remolcadas, cinco jonrones y 25 anotadas.
El fin de semana fue puesto como tercer bate en el lineup, fuego de estar principalmente como primero en el orden ofensivo. Desde ese movimiento, ha bateado de cuatro hits, todos extrabases (dos triples, un cuadrangular y un doblete).
“La verdad es que me gusta batear y estar en la alineación”, dijo Pirela a MLB.com. “No importa dónde me pongan. Si es de noveno o tercero, solo quiero aprovechar esa oportunidad”.
Tanto en los jardines como en la intermedia, en ocasiones Pirela ha tenido problemas en la defensa. Ese fue el caso del miércoles en el cierre de la serie de San Diego contra los Mellizos, cuando en la sexta entrada dejó caer un elevado que resultó en un error de dos bases.
Pero también está claro que pocos jugadores trabajan más fuerte que Pirela, quien se siente muy orgulloso de su desempeño con el bate.
“No es fácil”, expresó el “Águila Negra”. “Estoy aprendiendo algo todos los días. Llego al estadio y comienzo mi rutina. Hago el trabajo necesario y eso es lo único que puedes hacer. No es algo natural ni fácil, pero debes llegar al juego cómodo después del trabajo que has hecho. Eso es lo que te da resultados”.
Sorprendente trabajo
El zuliano, quien se ha establecido en la ofensiva de los Padres, ha tenido un gran repunte esta campaña, tras perderse la mayoría del 2016 por una persistente dolencia en el talón de Aquiles. En diciembre fue excluido del roster de 40 jugadores y firmó un contrato de liga menor. Pirela fue una aplanadora este año en triple-A. En 48 duelos, conectó 13 vuelacercas, empujó 42 rayitas, anotó 37 y bateó .331.
Al dirigente de los Padres, Andy Green, siempre le ha gustado lo que ha visto de Pirela en el plato. Pero hasta el propio piloto no hubiera pronosticado que su guardabosque batearía .294/.333/.508 en los primeros dos meses de la temporada.
“Si pensábamos que eso sucedería, no lo hubiéramos enviado a Triple-A al principio de la campaña”, manifestó Green. “Se debe a lo que ha hecho. Es impresionante lo mucho que ha trabajado. Aunque se ponche, sale a la carga en el próximo turno.
Se merece todos los elogios por la clase de jugador que se ha convertido este año. Se ha ganado cada oportunidad que ha tenido”.
