Colombia y Senegal: Las "bailarinas" del mundial disputan el boleto a octavos de final
El baile y el fútbol están estrechamente ligados. Dos expresiones del cuerpo que tienen una finalidad y reflejan el estado anímico de un colectivo. Ahora, dos de las selecciones que más han hecho por unir las dos artes se enfrentarán en busca de una plaza en la siguiente ronda del Mundial.
Colombia y Senegal quieren mantenerse vivos este jueves (10:00 a.m. hora de Venezuela), cuando buscarán el pase a los octavos de final. Los equipos se enfrentan en la ciudad porteña de Samara a unos mil kilómetros de Moscú.
En Rusia, las comidas, el lenguaje, y los husos horarios serán distintos, pero las costumbres y el espíritu de diversión entre los sudamericanos y los africanos se mantienen intactos con cada cantico y cada paso de alegría.
En 2014, Colombia enamoró a todo el planeta fútbol. No sólo por su juego, sino también por la celebración de los goles. En Brasil se popularizó la imagen de los jugadores cafeteros arremolinándose en una esquina del campo y moviéndose a ritmo de salsa choke, una música alegre nacida en las costas del Pacífico. Un singular ritual que, desde aquel momento, se asoció al equipo colombiano y forma parte de su ADN.
En esta Copa del Mundo parece que al ritmo colombiano le ha salido un competidor: se trata del baile tradicional senegalés. Unos compases que vienen marcados por un tambor, el Tamma. "Son bailes típicos de las etnias originarias de Senegal. Tienen un motivo de celebración, es para festejar cualquier acontecimiento, en este caso un gol o una victoria en un partido", nos confiesan fuentes de la federación senegalesa.
