Clínica Sagrada Familia homenajea a la Pequeña Liga de Cacique Mara

Frente al altar de la capilla del Centro Clínico la Sagrada Familia, siete de los 14 niños de la Pequeña Liga de Cacique Mara, categoría infantil, agradecieron a Dios por haberse coronado campeones del Latinoamericano 2019, realizado el 13 de julio en México.

Acompañados de sus familiares y amigos, los deportistas marabinos asistieron a la eucaristía presidida por el presbítero Edgar Doria, párroco de la iglesia Santísimo Sacramento y capellán del centro de salud. Los niños elevaron una oración por el logro alcanzado y por las metas que se proponen para los próximos dos años.

Doria exhortó a los menores a seguir adelante y a no desfallecer, para que sean siempre “grandes personas en búsqueda de lo que el Señor les ha regalado: salud y vida”. Además de pedirles que sean buenos cristianos.

El sacerdote ofreció su servicio para formar a los integrantes del equipo para la primera comunión. Acotó que los padres, si lo desean, podrán contraer otros sacramentos como el matrimonio y bautismo.

En el nombre del Señor que hizo el cielo y la tierra, derrama Dios tu gracia y bendición sobre estas medallas que son signos del esfuerzo, el sacrificio y la dedicación de estos, niños, sus padres y quienes participaron en la jornada”, dijo Doria como modo de consagración de las preseas y que luego impuso en cada infante.

Durante la actividad religiosa, el centro de salud marabino ofreció un chequeo médico integral y agasajó a los deportistas. Cesar Perozo, vicepresidente de la clínica les aseguró a los niños que ellos "tienen las cualidades y herramientas para alcanzar todas las metas que se dispongan".

Perozo destacó que los menores son ganadores del Zulia y Venezuela, por lo que les invitó a que no dejen el deporte "por ser un elemento que los aleja de los vicios".

Dios, instrumento de logros  

Le doy gracias a Dios por quedar campeones luego de todo el esfuerzo. Me siento muy orgulloso de tener a Venezuela en el pecho. Fue muy bonito  haber ganado”, expresó el jugador Leobel Chan, de 6 años, al finalizar la ceremonia.

Richard Morillo, padre y suplente directivo, reconoció la importancia de dar gracias ante el éxito alcanzado y catalogó a Dios como “la pieza que logró todo”.

Hemos venido a dar gracias a Dios por el objetivo que lograron, el sueño de jugar en el Latinoamericano en México. Se sienten orgullosos de haber logrado el campeonato. Es un orgullo que no hay forma de describir. Es una emoción muy grande, a esto se le suma el reconocimiento que han recibido antes y después”, aseguró el hombre visiblemente emocionado.

Por su parte, Bianca Arévalo, madre de Chan y única representante que viajó a México, expresó  que este tipo de ceremonias permite agradecer por esas “puertas que se cerraron y que Dios abrió”.

Esta misa nos ha servido para agradecer A Dios, el Todopoderoso,  el principal de la vida (…) porque siempre estuvo con nosotros, adelante abriendo puertas que se cerraba. Siempre estuvo guiándonos. Nunca desfallecimos y Él siempre estuvo presente y gracias a Él obtuvimos y logramos llegar hasta allá”, expresó la mujer emocionada.

Madre de catorce

Arévalo y su esposo se convirtieron, desde la salida a México hasta el regreso a Venezuela, en los padres de los 14 atletas que participaron en el evento deportivo, una experiencia que la mujer cataloga como “un compromiso inmensamente grande y satisfactorio”. 

Realmente agarré el compromiso de cuidarlos a todos como si fueran mis hijos. En México, uno que otro se me enfermó y tuve ese rol, de abrazarlos en cada alegría, de animarlos, cantarles. (…) Estoy muy orgullosa de cada uno de ellos”, describió Arévalo mientras deja ver una sonrisa.

Apoyo de venezolanos en México

La representante de los deportistas explicó las adversidades que tuvieron para llegar al Latinoamericano, una travesía que les hizo llegar hasta el propio día del encuentro, pero que luego de sacrifico pasó a satisfacción.

Luchamos mucho, primero fuimos varias semanas a la Gobernación. Incluso viajamos Caracas y asistimos a Miraflores. Hicimos de todos", dijo Arévalo, sin querer revelar más detalles del proceso para alcázar la meta estipulada.

El equipo durante su aventura deportiva se encontró con algo que los motivó al éxito. El apoyo de migrantes venezolanos, quienes los acogieron con su profesionalismo y jocosidad en un ambiente de familia.

En México fueron muchos los anécdotas. Los venezolanos estaban felices. Nos decían que gracias por ir, porque le llevaron un pedacito de Venezuela”, agregó Arévalo.

Según lo narrado, la atención de la comunidad venezolana “fue excelente”, y  permitió que instructores y atletas que migraron del país caribeño capacitaran y apoyaran a los jugadores.

México excelente. No tuvimos queja de nada. Allá eso fue espectacular la experiencia fue increíble e inolvidable, algo que nunca se me olvidará. Todo el sacrificio que hicimos para ir fue totalmente gratificante. Valió la pena. El objetivo fue alcanzado: obtener la victoria”, aseguró Arévalo.

Una nueva meta, Williamsport

La pequeña liga se plantea poder asistir dentro de dos años al campeonato de Williamsport, la "Little League World Series", mejor conocida como la Serie Mundial de Ligas Pequeñas y catalogado como el máximo torneo de beisbol para niños de 8 a 12 años.

La idea es que el grupo esté unido  para seguir al siguiente objetivo, llegar al mundial infantil en Williamsport dentro de dos años” develó Richard Morillo.

Mientras que Arévalo aseguró que desde ya quieren prepararse para el nuevo objetivo, “una meta muy fuerte que necesita mucha disciplina”.

Como representante quiero empezar a trabajar con mi hijo para llegar a Williamsport. Soy una mujer muy comprometida con el deporte y especialmente con el beisbol. Desde ya motivo a los demás representantes por ser una meta muy fuerte, hay que enfrentar muchos equipos. Al trabajar desde ahora se verán los verdaderos resultados bajo la constancia y la disciplina”, explicó Arévalo.

Por último, la emocionada mujer dejó un mensaje para los padres que tienen hijos deportistas.

Como papá debemos motivar a los niños a que alcancen todos sus objetivos. Así como juegan pueden tener sus errores en el campo y para eso estamos nosotros para apoyarlos. El deporte es un triángulo, entrenador, papa y niño, sin uno de estos, el equipo va a flaquear. Los tres deben estar coordinados para alcanzar las metas”, enfatizó.