El diario plural del Zulia

Cascabel de peligro

La carrera de David Peralta, como le puede pasar a cualquier deportista, se ha visto afectada por una serie de lesiones desde su época como lanzador y ahora como bateador establecido en las Grandes Ligas. El toletero se sometió a una cirugía en la muñeca derecha a mediados del 2016, que lo sacó de acción con los Diamondbacks de Arizona hasta la pretemporada del 2017.

Entre el 2007 y 2009, cuando aspiraba a ser un serpentinero en las Mayores, Peralta vio cortado su accionar en las sucursales de los Cardenales de San Luis, por varias lesiones en el brazo izquierdo. En 2011 regresó al béisbol como toletero y ese transitar lo llevó a ser uno de los bateadores de más peligro de los cascabeles en los últimos cuatro años, a pesar de la cirugía del 2016, que lo llevó a dejar promedio de bateo de .251, con cuatro jonrones y 15 remolcadas, sus números más bajos en la Gran Carpa.

“El año pasado fue bastante complicado en lo personal debido a la lesión y la operación. Cualquier deportista al no sentirse bien físicamente le es muy difícil ejecutar de la forma que uno quiere y de la forma que uno sabe que puede jugar. La lesión me afectó mucho el año pasado”, contó el criollo a Versión Final.Este año ya estoy saludable, que es lo bueno y es lo que yo quería, y se están viendo mejores resultados. Lo que siempre pido y lo que es mi meta cada año es estar saludable, porque ya lo demás es cuestión de uno, uno tiene el talento y sabe qué tiene que hacer”.

El patrullero tiene promedio de bateo de .321, el segundo más alto solo superado por Paul Goldschmidt (.324) en el equipo, en 61 juegos, con seis cuadrangulares, 19 empujadas y 41 anotadas. Aunque su cantidad de fletadas no es llamativa, su gran valor está en las veces que logra llegar a las bases, su porcentaje de embasado se ubica en .367 y es el cuarto mejor dentro de los D-Backs.

Bateador de ajustes

La buena temporada ofensiva de Peralta tiene un denominador común: el ajuste. El valenciano exhibe en 2017 un mejor porcentaje de ponches de 15.8%, que es el mejor de su trayectoria en el big show. Antes de esta temporada, el más bajo era 17.2 % y fue en su año de debut (17.2%).

Lo que más detesto es poncharme, lo odio y siempre trabajo para buscar disminuir el porcentaje de ponches”, aseguró con mucho énfasis. “Esta temporada he trabajado mucho en tener una mejor visión en el home plate, un mejor enfoque en el pitcheo al que quiero hacerle swing, pero aún hay que seguir trabajando”.

La evolución del jardinero a la hora de asumir sus turnos al bate es clara. De acuerdo con Brooks Baseball, su porcentaje de swings fallidos en 2017 es el más bajo de sus cuatro zafras en la Gran Carpa. El toletero falla dos de cada 10 envíos que intenta conectar (19.48 %), mientras que en 2016 fue de 21.57%, en 2015 se ubicó en 23.69 % y 2014 en 25.98 %.

“He trabajado mucho en cambiar mi enfoque cuando tengo dos strikes, lo que busco en esa situación es tratar de poner la pelota en juego y evitar el ponche”, explicó sobre esa disminución de los pitcheos abanicados. “Lo que he buscando es tener un mejor enfoque con dos strikes, un swing más corto, esperar que la pelota llegue más cerca del home, recortar un poco el bate para poder manejar el pitcheo mejor y confiar en mis manos”.

Otro aspecto de juego en el que está mejorando es en conectar la pelota hacia la banda contraria. Este año dirige el 31.9% de sus conexiones hacia el jardín izquierdo, el mejor porcentaje de su carrera, mientras que 44.9% de los batazos son al centerfield y el 23.2% al izquierdo.

Esos ajustes defensivos me sorprendieron, porque yo no me considero como un bateador que hala mucho las pelotas”, dijo Peralta. “Es increíble el espacio que tenía abierto entre tercera y short y que no me había dado cuenta, ahora estoy haciendo el ajuste y aprovechándolo”.

La clave: comunicación

Los D-Backs marchan en la tercera posición de la división Oeste de la Liga Nacional, con récord de 44 victorias y 26 derrotas, a un juego del líder, los Rockies de Colorado. Un gran cambio para un equipo que en 2016 terminó cuarto y a 22 encuentros del primer lugar.

“Desde que empezó la pretemporada, la clave ha sido que nos hemos mantenido saludables, la comunicación que ha logrado el nuevo mánager (Torey Lovullo) y el respeto hacia los peloteros, eso es muy importante. Crear la unión y la comunicación es lo que llena a uno de confianza para jugar tranquilo día a día”, señaló el valenciano sobre el principal cambio en Arizona, en relación con la campaña anterior.

“La comunicación y respeto es el principal cambio que generó Torey Lovullo y es lo que está funcionando. Transmite mucha energía positiva y eso está ayudando”, sentenció.

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