Carlos Muñoz : de periodista a campeón de Serie Mundial

Hay una frase, muy popular, que dice que la vida da muchas vueltas y en el caso del zuliano Carlos Muñoz tiene mucha razón. Tal vez suene poco común, pero el marabino pasó de las salas de redacción y de los sets de grabaciones a los terrenos de juego de las Grandes Ligas para formar parte de los Astros de Houston, el equipo campeón de 2017. Fue un cambio drástico, pero que él anhelaba.

Con apenas 16 años emigró a los Estados Unidos, soñaba con tener una carrera como pelotero profesional, por lo que entró a jugar en college, en la Alvin Community, se graduó en Comunicación y empezó su carrera como reportero de deportes, primero en Telemundo Houston y luego en el Diario El Día.

“Yo llego a ser catcher de bullpen de los Astros de Houston porque yo hacía prensa. Vine a Estados Unidos cuando tenía 16 años y llegué para jugar béisbol en la universidad, me gradué y empecé a hacer periodismo”, contó Muñoz a Versión Final.

“Yo seguía en contacto con varios peloteros profesionales de aquel tiempo, les lanzaba prácticas y les recibía los pitcheos; ellos me decían que me iban a conseguir trabajo en sus organizaciones y yo me emocionaba, pero al final no valía la pena, porque nunca se llegaba a algo”.

La diosa Fortuna

En la vida es clave trabajar cada día para mejorar, pero en algunos casos es importante contar con un poco de buena suerte para alcanzarlos sueños y el éxito. En 2009 al marabino le sonrió la diosa Fortuna.

“Se dio la oportunidad, porque yo sabía que una persona que lanzaba prácticas de bateo tuvo un accidente y llamé a un trainner de los Astros, cuando estaban en el spring training, en 2009, y le pregunté si esa vacante se iba a llenar o a eliminar”, explicó sobre su primer chance de ser parte del staff de técnicos de una novena de las Mayores. “Él me dijo que le diera un par de días y después me llamaba, que iba a hablar primero con el coach de bateo. El trainner me llamó tres minutos después y me preguntó que si yo aceptaba el cargo, iba a ser mío”.

“Yo estaba sentado en el periódico y le dije que sí, que aceptaba el cargo. Me dijo que lo conversara con mi supervisor y que lo pensara bien, porque no iba a ganar mucho y le dije: ‘Dile que sí, chico’. Eso fue un martes, los Astros regresaban de spring training el jueves y yo tenía libre viernes y sábado, me volvía a reintegrar al periódico el domingo.

Yo me fui para mis Astros y el domingo llegué tarde al periódico; y me preguntaron: ‘¿Por qué llegaste tarde?’ Y les dije que no iba a seguir trabajando”.

El zuliano se unió por primera vez a los Astros como scout asociado en 2005, según indica la guía de medio del equipo texano, en 2009 ayudó al cuerpo técnico a lanzar prácticas de bateo y cuatro años después empezó a cumplir con el rol de catcher de bullpen, que todavía ocupa.

A seguir transcendiendo

Muñoz no aspira a quedarse en su mismo puesto toda la vida. Con 40 años, quiere seguir escalando en
el mundo del béisbol. Por eso está aprovechando al máximo la oportunidad de estar en una organización tan talentosa como la de los Astros, que vienen de ganar la Serie Mundial y que tiene guras del calibre de José Altuve, Carlos Correa, George Springer y Justin Verlander, además de un staff de coaches de lujo.

“Yo ahorita estoy contento con la posición que tengo, cada día aprendo con los jugadores y con los coaches, pero más adelante puede ser que me considere como un candidato para dirigir en las menores, pero primero me tengo que preparar mejor”, señaló. “A mí me han llamado varios coaches de ligas menores y me han dicho que si yo quiero ser instructor de catchers o de pitcheo. Yo creo que esa es mi área ahorita, estar en el bullpen. Estoy aprendiendo del coach de pitcheo de Houston”.

Amor a las Águilas

El primer contacto del marabino con el béisbol profesional fue cuando tenía siete años y su papá Omar lo llevó al estadio Luis Aparicio “El Grande” a ver al equipo de su estado: las Águilas del Zulia. Recuerda que la primera estrella que vio fue David Concepción, quien jugaba para los Tigres de Aragua, pero luego su padre no quería llevarlo al “nido” rapaz, por lo que empezó a ir con los amigos de su progenitor e incluso a ir solo.

“Mi papá no me quería llevar más, entonces me iba con sus amigos y cuando no podían agarraba un carrito en la Circunvalación 2 y me quedaba frente al estadio, todo eso con 11 años de edad. Me regresaba solo a mi casa, caminando desde El Pescadito a Gallo Verde, con par de bloques en las manos porque sabía que habían perros más adelante y esa vaina era oscura”, indica sobre sus vivencias para ir al estadio. “Las Águilas siempre ha sido el equipo de mi vida”.

Al final de todo el día, Muñoz hace una reflexión personal: “Todos los días pienso de dónde vengo y en dónde vine a parar. Pienso en las idas mías al Luis Aparicio, pasando sol para ver el equipo jugar, llegar a la casa a las 12:00 de la noche, pa’ comerme un pan, dormirme e ir pa’ clases al otro día, luego volvía a repetir esa rutina al otro día”.