El diario plural del Zulia

Zulianos se las arreglan con botellones ante la escasez de agua

Al menos 90 mil bolívares se gastan, semanalmente, para surtir los bidones en los hogares. Usuarios denuncian la inconsistencia del servicio cuando se registran fallas eléctricas

Santiago y Samantha Delgado de 9 y 12 años no asisten a clases desde el jueves de la semana pasada. En su casa, en la avenida 20A de Sierra Maestra, hace 20 días no llega el agua. Sus uniformes están sucios.

Yaneth Molina, madre de los pequeños, tiene montones de ropa sucia. “No tengo agua ni para lavar los uniformes. Apenas compro a los camiones cisterna cuando pasan para asearnos los niños y yo. Para cocinar pago 30 mil bolívares por un botellón que trato de rendir hasta para tres días”, contó.

Semanalmente, Yaneth gasta entre 120 y 140 mil bolívares para abastecerse de agua en su hogar. Surtir su pipa de 200 litros cada dos días le cuesta unos 90 mil bolívares. “Gano sueldo mínimo, casi 400 mil al mes y 200 mil quincenal, que se me van solo en agua”, detalló la mujer, quien trabaja como vendedora en una tienda de cosméticos en la avenida 40 de San Francisco.

Para Josué Bermúdez, chofer de tráfico, es más seguro bañar a sus gemelos de 3 meses con agua de botellón. “La de los botellones viene sucia y mis bebés están muy pequeños para exponerlos”, aseguró. En su apartamento, en la urbanización Lago Azul, hace dos meses el servicio es inconsistente. “A veces no llega por muchos días. Cuando llega se va la luz  y no se puede bombear agua”, comentó.

“Diario compro dos o tres botellones. Son casi 100 mil bolívares que tengo que disponer en efectivo, porque no los venden por transferencia”, indicó el transportista.

Los botellones se convirtieron en la salvación ante la inconstancia de los camiones cisterna. “No pasan siempre. A veces tardan hasta tres días”, comentó Lisbeth Camacho, vecina del barrio Los Andes. Resuelve con botellones para los quehaceres y en ocasiones extremas para ducharse.

“Vivo con una sobrina y preferiblemente usamos esa agua para cosas más necesarias, pero en ocasiones nos vemos obligadas a bañarnos con ella. Tengo dos días que no voy a trabajar por ese problema”, declaró Camacho, quien labora en la administración de una clínica de la ciudad.

La escasez del servicio hídrico va en ascenso desde inicios de marzo. Al menos 10 municipios de la región sufren los estragos de la sequía, que Hidrolago atribuye a las fallas eléctricas, según varias notas de prensa difundidas por la empresa en días pasados.

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