El diario plural del Zulia

Yeritza Virla elabora pañales artesanales para ayudar a los más necesitados

Una licenciada en Artes Plásticas, de 63 años, confecciona y vende piezas con tela impermeable que garantizan perdurabilidad

En un pequeño cuarto, en La Pastora, la costurera diseña y crea con tela impermeable y absorbente las piezas que vende a económicos precios e incluso regala. Desde niños hasta adultos mayores los usan a diario.

Las manos de Yeritza Virla, de 63 años, están hechas para ayudar a otros. Con su repotenciada máquina de coser y una vieja tijera confecciona de seis a ocho pañales artesanales y ecológicos por día, para niños y personas mayores.

En su taller y hogar recibe desde muy temprano hasta la noche pedidos de personas de distintas clases sociales y edades.

Vienen de San Francisco y hasta de La Concepción. Desde mujeres muy jóvenes con varios niños, hasta adultos que los buscan para sus padres muy viejitos y doctores que los regalan a sus pacientes, comenta la costurera de cabello canoso.

Con tela absorbente, impermeable, elástica, cierre mágico y algún otro elemento decorativo elabora las piezas, que se convirtieron en una económica opción ante la carestía de los pañales desechables.

Veo que la gente está tan necesitada. Hago esto para tenderles la mano porque mi intención no es aprovecharme ni hacerme rica, cuenta mientras puntea los bordes de la tela impermeable.

Cada pañal ecológico Yeritza lo vende en 250.000 bolívares para los más pequeños y 500.000 para los abuelitos. El costo de un paquete desechable para niños cuesta aproximadamente 2 millones 400 mil bolívares, el de 20 pañales, mientras que los de adultos roza el millón, por solo seis piezas.

Según Virla, sus pañales pueden durar hasta un año si se asean adecuadamente. “Deben lavarlos solo con jabón azul y luego enjuagarlos con vinagre. Nada de cloro”, explica Virla.

La motivación de este proyecto nació hace tres años, cuando “el bachaqueo comenzó a hacer de las suyas”, relata. “Dependiendo de quien sea, si es de regalarlos, los regalo. Es mi manera de contribuir con mi país y su gente”.

Para la mujer, quien además es licenciada en Gestión Social, en Artes Plásticas y Diseño Gráfico, el amor es el material de confección más importante. “Les pongo lasitos, telas de colores y estampados para que a la gente les guste y se sientan cómodos”, agrega.

Trabaja con las uñas

Apenas una pequeña máquina de coser a la que constantemente se le parten las correas ayuda a Yeritza en la elaboración, además de su ayudante Lola Rondón. “Lo que me falta es maquinaria para producir mucho más, porque la motivación la tengo”, señala.

En varias oportunidades solicitó financiamientos ante la Gobernación del Zulia y la Alcaldía de Maracaibo, con la anterior y actual gestión, para obtener una máquina y una fileteadora industrial e incluso para ofrecer su conocimiento para capacitar a personas que deseen emprender en este negocio. La ayuda nunca llega.

Yo puedo enseñar a muchas mujeres para hacer de esto una ayuda social más grande, propone aún a la espera de apoyo.

Yeritza cree en Venezuela y en el potencial de su gente. Para ella un país no se construye desde otro, sino con motivación para el trabajo.

 

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