El diario plural del Zulia

Vida de retazos multicolores: Muñequeras de Maracaibo cuentan sus vivencias

Por cuarta vez las creadoras exponen sus piezas artísticas con la ternura que las caracteriza. Esperan rescatar su arte y mantener viva la historia reconstruida a través de esta tradicional actividad

Una legión de chimbangueleros acompaña a San Benito en su procesión. El Santo Negro va sobre los hombros de cuatros caballeros, ataviados de camisas floreadas y sombreros de paja. Otros hombres ondean banderas azul y blanco.

No es un Chimbanguele real, son decenas de diminutos muñecos hechos de tela que están expuestos en una mesa de la Plaza Baralt, donde este martes se realizó el IV encuentro de muñequeros tradicionales en homenaje a Maracaibo, un arte que no se extingue, sino que se mantiene y se expande como la cultura popular.

Una decena de creadoras de estas hermosas obras, con base en vestidos, cortinas y sábanas, rememoraron las palabras de Leonía Pérez de San Pedro, una de las fundadoras de la Casa de las Muñecas “Las Nereidas”, en Nueva Democracia, al oeste de Maracaibo, lugar que funciona como taller permanente de la muñequera Doris Orence, un espacio para el aprendizaje de las tradiciones culturales desde la lúdica, la música y la poesía venezolana.

Recordamos a nuestras abuelas cuando abrían sus baúles y sacaban retazos multicolores que daban vida a una muñeca, la de trapo tradicional, la que va sin temor a quedarse encerrada en una vidriera, elaborada con tus manos creadoras, es tu creatividad con mucho amor y ternura. Démosle paso a nuestras emociones sabiendo que podremos lograr algo bello rescatando esta hermosa tradición, lee con nostalgia Jessica, una de las muñequeras, anhelando que sus tiernas piezas sean atesoradas con dulzura por niños y adultos.

Mientras las armónicas notas del movimiento poético El Marullo rindieron homenaje a Armando Reverón, titiritero y genio de las artes plásticas, con la canción "Reverón", escrita por el cantautor Alí Primera, las tradicionales muqueñeras de Maracaibo mostraron a los visitantes con mucha emoción sus atesoradas historias a través de las creaciones manuales.

Con inmensa preocupación, repetían una y otra vez el deseo de que las niñas perciban a las muñecas de trapo como algo único y especial para sus vidas y rescatar el patrimonio cultural que alguna vez tuvo la región maracaibera.

Vida propia

De una colección de más de mil piezas y más de 50 años fabricando estas pequeñas ternuras, para Doris Orence su preferida es "La Bailarina", una preciosa creación que lleva a todos lados consigo.

Aunque tengo muñecas que conservo desde hace 20 años, ella es mi preferida, comparte todos mis momentos a mi lado. La hice hace poco, pero me he encariñado mucho con ella. Hasta está haciendo su propia autobiografía... pero hace rato que no escribe. Igual, para mí todas son adoradas y tienen un lugar en mi corazón porque todas salieron de el, de mi inspiración y de mi amor por esto, expresó la única sobreviviente de "Las Nereidas" a Versión Final.

La señora, de 64 años, comenzó a crear desde los 12 con sus pocos conocimientos empíricos y ahora pasa la mayor parte del tiempo innovando nuevas ideas.

"Las muñecas de trapo te hablan. Eso es lo que yo siento. Me gusta más hacerlas en la madrugada por el silencio y para escuchar una música suave. Ellos mismo me van diciendo qué quieren: cómo quieren el cabello, qué ropa desean tener... ellos mismos son los que se dan su propia vida. Son seres vivientes para nosotras las muñequeras, son como nuestros hijos", dijo Orence.

Instrumento histórico

Además del lado humanístico que las muñequeras sueñan llevar a los corazones de la gente, está inculcar el valor histórico que contienen algunas de las piezas que ellas producen. Desde el grupo de chimbangueleros rindiendo tributo a su santo hasta el Libertador Simón Bolívar y los héroes de la Batalla de La Victoria... por medio de estas figuras de trapo estas mujeres quieren demostrar que nada doblegará su voluntad y su espíritu soñador.

La muñequera Carmen Salazar sueña con rescatar el patrimonio cultural de Maracaibo y ser portadora de tradición e historia con su trabajo manual.

Llevamos esta labor en el corazón porque nacimos en esta tierra de héroes y de mujeres valientes. Hacemos muñecas desde pequeñas, venimos de pueblo, de donde todo se tiene que construirse con las manos. Hacemos héroes de la patria como Simón Bolívar, Manuela Sáenz (...) Para nosotros la muñequería de trapo es un instrumento de resistencia cultural que tenemos que enseñar a los niños, esta es la parte sensible de la historia", comentó Salazar.

Dijo sentir una gran emoción cada vez que elabora una nueva pieza. "Siento mi corazón lleno de alegría, que se va a reventar, y más cuando estoy con las personas que comparten mi pasión. Es maravilloso. Cuando hago una muñeca lleva algo reflejado de nosotros porque los hacemos con las manos y eso lleva el valor agregado del alma".

Agujas e inspiraciones

Pero no todas las muñecas son de trapo, algunas son tejidas con lana, y cada una tiene su propia inspiración y motivación creadora.

Yo en lo particular tejo muñecas para los niños. Con el nacimiento de mis hijas y mis nietas mis trabajos aumentaron. A cada una de ellas le he regalado una. Al principio las hacía de trapo pero me gusta tejer y empecé a hacerlas así, con lana (...) Mi inspiración son ellas porque se encargan de hacerme observaciones de cada una de las muñecas y aprender cada día más, contó Iria Rojas, una muñequera que adora a sus agujas como a su propia vida.

Desde los 6 años descubrió su pasión por la muñequería. Agarró su primera aguja y no la soltó más. "A mí se me puede olvidar la cédula, pero la aguja no", comentó entre risas.

Una señora wayuú fue su primera inspiración, a quien vio tejer en la calle cuando era una pequeñita.

"Me fascinó ver cómo manejaba la aguja. Me senté durante una hora a su lado y ella me dijo: 'Si tienes paciencia para verme durante una hora trabajar, tienes paciencia para tejer. Te lo voy a regalar una aguja'. Y aún la conservo, con ella comencé a tejer", relató.

Para cada una de las muñequeras de Maracaibo, cada vez que dan vida a una nueva obra artística es como una historia que cuentan a través de ellas. Esperan que las muñecas tradicionales de trapo sean nombradas, algún día, como patrimonio cultural de la región y dejen de ser desvalorizadas.

La fiesta regional de las muñecas continúa este miércoles en la Casa de la Diversidad Cultural ubicada en la emblemática zona colonial de Santa Lucía. Se espera la realización de un taller de muñequería impartido por las hacedoras de muñecas.

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