El diario plural del Zulia

Túneles de la C-1: un submundo peatonal

Atracos, violaciones y consumos de drogas ocurren allí día a día. Los vecinos no saben que es más seguro: Atravesar la Autopista o bajar y adentrarse en los “túneles” para llegar a sus casas

Emelis Salcedo carga a su hija, de 1 año, se dobla y se adentra en un ducto para llegar a la casa de su madre, que vive
al otro extremo de la peligrosa autopista. Unos 50 metros recorre entre el intrínseco paso que está lleno de latas y clavos, además de la basura y oscuridad que arropa los delitos que ahí se cometen a cualquier hora del día.

Para Emelis es normal transitar por el cilindro de concreto, que funge de alcantarillado y une los barrios Las Palmeras y Padre de La Patria, de la parroquia Cecilio Acosta.

 

 

 

“Me vengo a pie desde El Metro”, exclama la mujer que asegura que nunca ha sido víctima del hampa. Pasar por los drenajes ubicados debajo de la autopista representan peligro. En la noche los hampones hacen de las suyas, al usar esos atajos para poder escabullirse.

 

Un chofer de la ruta de la C-1 alega que sufrir un desperfecto mecánico cerca de un “túnel”, en horas de la noche, es un robo seguro.

Alrededor de cinco vías subterráneas hay para no atravesar la autopista. Una de las más peligrosas está ubicada a 300 metros del Distribuidor Perijá, sentido Sur-Centro, donde los consumidores y rateros se ocultan.

Luis Anzola, vive en el barrio 5 de Julio y cruza uno de los drenajes que está ubicado a 150 metros de la sede de Polimaracaibo a diario. A su percepción no sabe, en sí, si es más seguro atravesar la C1 o pasarla por debajo.

A 5oo metros del puente Socorro la caminata de cemento, que se mezcla con basura y el olor nauseabundo, empalma sectores como 11 de Febrero, Estrella de Belén, Los Claveles y 12 de Febrero. Los asaltos y robos son frecuentes después de las 7:00 de la noche, alegan los que transitan a diario por ese submundo conocido, por pocos, como los “Túneles de la C1”.

 

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