El diario plural del Zulia

El tren del Zulia se detuvo junto al progreso

Hace 64 años, en 1952, se paralizó el tren del Zulia, cuerpo de hierro que movía de forma veloz el intercambio de alimentos entre esta entidad portuaria y el estado agropecuario de Mérida. Primordiales productos de exportación, como el café, eran transportados sobre rieles; ahorrándole a transportistas y agricultores largas horas de viaje.

Pero la suspensión del servicio férreo se produjo debido a los altos costos, que para entonces representaba el mantenimiento de vías y maquinaria.

El historiador merideño Óscar Méndez refirió que antes de la llegada de los ferrocarriles al país, habitantes y trabajadores del campo recorrían senderos de piedra que databan de la época colonial.

“Los caminos de recuas tenían una gran importancia a nivel comunicacional. Permitían el intercambio de rubros en el país. Sin embargo, en las horas de camino con animales de carga, un incidente climático o cualquier accidente podían acabar con la mercancía y con meses de trabajo”, sostuvo Méndez.

Según el cronista, el primer intento de construir una línea ferroviaria en el Sur del Lago fue impulsado en 1879, en Santa Elena de Arenales; población del municipio Obispo Ramos de Lora (Mérida). Pero la iniciativa no se consolidó por la dificultosa navegabilidad del río Capaz.

“Era más fácil construirlo desde Santa Bárbara al Vigía por la accesibilidad del terreno. En Santa Elena era más fangoso y di cultaba la construcción. Por eso, por encargo de Carlos Augusto de Morny, yerno del anterior presidente Guzmán Blanco, la Compañía Francesa de Ferrocarriles Venezolanos inició el levantamiento del ferrocarril para Santa Bárbara en 1889”, indicó.

Eudes Blanco, historiador honorario del municipio merideño Alberto Adriani, comenta que el 1 de mayo de 1893 se dio apertura al tren en Santa Bárbara, como además consta en su acta de inauguración. Pero el sueño duró poco. “En abril de 1894 el terremoto de Los Andes destruyó los rieles. Solo se logró rehabilitar la estación de El Castillo hasta Santa Bárbara; no la de Santa Bárbara al Vigía”, detalló.

El cronista agregó que en agosto de 1895 el río Chama salió de su cauce y de Santa Bárbara al Vigía”, detalló.

Relató que el ferrocarril no cumplió entonces las expectativas de los hacendados, pues la compañía francesa tampoco velaba porque la mercancía llegara íntegra hasta su destino; por esto —y ante cientos de quejas— en 1899 la empresa privada abandonó el usufructo ferroviario y para 1902 comerciantes de Tovar (Mérida) quedaron sin comunicación con puertos como el de Maracaibo.

Blanco reseñó que, en un intento de tomar las riendas de los rieles, el Gobierno de Juan Vicente Gómez expropió al Ferrocarril del Zulia el 19 de noviembre de 1908.

Un camino al desarrollo

A criterio de Blanco, la ciudad de El Vigía nació gracias al ferrocarril. “Se convirtió en un punto nodal de mercadería. Con el tren apareció el elemento poblacional. El 29 de noviembre de 1919 el contratista José Antonio Redondo se hizo cargo de la administración del ferrocarril junto a Contreras Serrano, quienes lograron comunicar los pueblos de Mérida con los puertos de Santa Bárbara y San Carlos (Zulia)”, dijo.

Para Blanco, el municipio Alberto Adriani también debe su crecimiento a las vías de comunicación. Sin embargo, con la construcción de la carretera Trasandina (1925) se restó importancia a la vía férrea.

“Hay que hacer estudios para analizar el mejor trazado a construir, pero la vialidad y la necesidad de un tren en el Sur del Lago existen”, aseguró a Versión Final Jesús Urdaneta, ingeniero civil y profesor del departamento de Vías de Comunicación de La Universidad del Zulia.

Pero el tren se apagó en 1952 y la inmediatez quedó en el olvido.

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