En Sierra Maestra tienen 15 días sin luz
La señora Nola Gutiérrez tiene 85 años y es fundadora de Sierra Maestra. Su ímpetu parece de una persona joven, sin embargo, los problemas en los discos de su columna siguen y los dolores se han acentuado en los últimos días con la ausencia de energía eléctrica en el sector.
Vive en plena avenida Unión, del municipio San Francisco. Dos sobrinos la acompañan, sobre todo en las noches oscuras donde han optado por tender un colchón en la sala para mitigar el calor.
Los vecinos de la misma comunidad cerraron la avenida ayer con cauchos que luego fueron impregnados de gasolina. Las llamas impedían el paso por ambos lados de la vía.
“Se explotaron dos transformadores hace dos semanas”, cuenta indignada Nola. Eran tres los que alimentaban de energía, incluso al alumbrado público y la cuadrilla de Corpoelec se llevó los dos, dejando un solo transformador para toda las viviendas. Este surtidor eléctrico también colapsó.
“Fuimos hasta las oficinas de Corpoelec y nos dijeron que no tenían transformadores”, comentaban los afectados al unísono.
La comida se les pudrió y con el pasar de los días han tenido que tomar agua caliente. Vecinos cercanos han tenido que pasarles largas extensiones para conectar ventiladores y bombillos que alumbran algunas partes de las casas. El comercio también ha resultado afectado porque no pueden hacer facturaciones ni pasar puntos de ventas.
Aguas negras
Un año tiene el colapso de las cloacas en la misma comunidad. Acuden a Hidrolago “y allá nos dicen que no hay cochinito para destaparlas y de paso cuando vienen nos cobran 10 mil bolívares o si no, no hacen el trabajo”, prosigue Nola.
A la hora de comer deben cerrar las puertas porque el mal olor que expide el líquido les provoca nauseas, dolor de cabeza y mareos.
“Aquí el Alcalde -Omar Prieto- no hace algo. Él solo atiende las vías más concurridas mientras que otros padecemos”, relatan.
Ramón Camaña es diabético. Está en sillas de rueda y también está pasando por la difícil situación de no contar con electricidad y vivir entre olores nauseabundos.
Requieren la presencia de las autoridades competentes porque no quieren pasar una noche más sin poder dormir, a merced de los zancudos y de la inseguridad.
