El diario plural del Zulia

Ruleta rusa para sobrevivir

Al momento de escribir este texto, Jeison Fernández recibía su dosis inicial de Etopósido para atacar su linfoma de Hodgkin. No podía fallar esta vez: ya perdió el primer protocolo de quimioterapias.

Fue por la escasez. De Suiza, Alemania o Estados Unidos —países donde hay tecnología para fabricar medicamentos de altos costos— no ha llegado cargamento porque el Estado venezolano no emite órdenes de compras a las farmacéuticas desde agosto de 2016.

La Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida) lleva la cuenta: fue en marzo la última vez que de la nación salió una orden, y lo solicitado se utilizaría para cubrir solo 90 días de quimios en todo el país. Diez meses después, la escasez alcanza 85 por ciento.

El cáncer es el crecimiento desproporcionado de células que podrían moverse de su lugar de origen y sembrarse en otros tejidos. Metástasis. Eso podría ocurrirle a Jeison a sus ocho años si vuelve a perder el protocolo por falta de medicamentos.

La Cámara Venezolana de Medicamentos (Caveme) agrupa a 25 farmacéuticas. Estas son las autorizadas para traer medicinas de altos costos al país. Basta que el Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS) exponga una orden de compra.

—¿Cuánto dura el proceso?

Francisco Valencia, presidente de Codevida, responde:

—El proceso tardaría tres meses desde que se genere la compra. ¿Imaginas cuánto podría tardar en llegar una quimio si ahora se hace la solicitud?

Posible tráfico

Hay sospechas de que hay un negocio turbio de medicamentos de alto costo desde Colombia hasta Venezuela. Y viceversa.

Del presupuesto total asignado para la adquisición de estos fármacos —1.500 millones de bolívares—, entre 40 y 46 por ciento es para antineoplásicos, sustancias que impiden el desarrollo o proliferación de células tumorales malignas.

Lo apunta Eduardo Samán, farmacéutico y profesor universitario, apoyándose en la Memoria y Cuenta que el IVSS presentó a la Asamblea Nacional en 2015.

Con el resto del dinero se adquieren medicinas para tratar la artrosis y enfermedades raras con muy baja prevalencia. Rosa Mejía lamenta la falta de quimios. Ella, y su cáncer de mama.

La farmacia de alto costo del IVSS en Maracaibo está en el Hospital Dr. Adolfo Pons. Rosa va cada dos o tres días para ver si halla Herceptin, fármaco de terapia recetado.

La última vez que fue no halló la quimio. Y dijo —en cualquier tono menos vacilante—:

—Tendré que morirme para que despierten.

La regla para que el IVSS surta antineoplásicos a un paciente con cáncer es que este sea remitido por un oncólogo. Así obtendrá la planilla que llenará con datos personales y reseña de la enfermedad. Deberá adjuntar el récipe con lo requerido. Los documentos se envían a Caracas. Y comienza la espera.

La inversión nacional en estos fármacos es muy superior a la de Colombia. Eso sucede así porque aquí el tratamiento es gratuito. Un pequeño porcentaje se adquiere vía Fundación Badan, pero allí hay que pagarlos.

Zulia llora

Jeison es callado. Ve televisión mientras le pasa la quimio. Le gustaría estar jugando fútbol en vez de estar allí.

En la Fundación Hospital de Especialidades Pediátricas (FHEP) tratan entre 250 y 300 pequeños con tumoraciones y distintos tipos de leucemias justo ahora. Algunos se quedan en el ala norte o sur del tercer piso, hospitalizados, y otros van a Oncología ambulatoria.

Al momento de escribir este texto, Jeison estaba en Oncología ambulatoria. Había recibido, días antes, Vincristina. Ahora, correspondía Etopósido. Su madre, Joliana López, admitió —bajando la mirada, como para ocultarse— que está repitiendo el protocolo porque no había encontrado Doxorrubicina. Por esa razón las siete quimios anteriores fueron en vano.

La FHEP le proveyó el Etopósido. La Vincristina se la dio Fundanica Zulia. En la farmacia del hospital escasean las quimios. Hay algunos antibióticos para atacar infecciones que son muy propensas cuando las defensas están bajas. También está disponible el Mezna —quimio de “rescate”— y LAsparaginasa.

Richard Hill, director del FHEP, asegura que el déficit es de 20 %. —En stock tenemos 80 por ciento de los medicamentos e insumos.

El IVSS le da a la FHEP 57 por ciento de las quimios. Entre el 5 y 10 por ciento llegan vía Fundanica.

Al IVSS no llegan antineoplásicos para leucemias desde 2016. Ni a la Fundación Badan, tampoco a Bandez o al oncológico de San Francisco.

Un cáncer acaba con las defensas. Por eso los ciclos de quimios son cada 21 días: los primeros cinco son de tratamiento y mucha hidratación, descansan seis u ocho días más y de nuevo vuelven a hospitalización. O en el caso de Jeison, a Oncología ambulatoria.

 

 

 

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