El diario plural del Zulia

Recuperan piezas artísticas en la iglesia Cristo de Aranza

Las imágenes representan a los cuatro evangelistas: San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan

Hace mes y medio varios artistas plásticos comenzaron los trabajos de recuperación de piezas artísticas que fueron recubiertas con pintura en las paredes del altar de la iglesia Cristo de Aranza, la más antigua de la región zuliana, con 464 años de existencia, ubicada en Los Haticos.

Las imágenes que ya comienzan a aparecer en las paredes, son de los cuatro evangelistas: San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan. También de la Santísima Trinidad, algunos ángeles y arabescos que adornan el arco central del altar, comenta el padre Alfonso Rodríguez, párroco del templo.

“Es importante que se recuperen estas piezas que representan el valor histórico de nuestra iglesia. Aún no sabemos quién fue el artista que las pintó, pero esperamos que la firma esté plasmada y se revele cuando termine de recuperarse la obra”, señaló el sacerdote.

Fue en 1813, hace 204 años, cuando las paredes que hoy conforman la iglesia fueron levantadas. En sus inicios, la capilla era una ermita de palmera y paja que 464 años más tarde sería reconocida como Patrimonio Histórico Nacional. Fue en 1960 cuando se le dio esa condecoración a la primera capilla de todo el Zulia.

En procesión 

El pasado domingo 2 de julio, El Santísimo Cristo de Aranza salió en procesión por las calles que lo vieron arribar a las playas de Haticos, cuando los indios habitaban la zona. La celebración se realiza cada año el primer domingo del mes de julio.

Por el barrio El Chocolate se realizó la caminata que duró unas dos horas y tuvo asistencia plena de la comunidad, según el párroco Rodríguez.

La misa previa fue oficiada por el monseñor Roberto Lückert, arzobispo de Coro, quien vive en el sector, fue bautizado y se formó en la fe en este templo, asegura el padre.

A la espera

El sacerdote encargado de la capilla señala que la parroquia se mantiene a la espera de atención por parte de las autoridades municipales y estadales. La feligresía es la que se ha encargado de mantener el templo, hasta donde pueden, pero las paredes que hoy lucen agrietadas por las filtraciones necesitan mantenimiento constante que la parroquia no puede costear. “Nuestro templo necesita atención e inversión para que se siga conservando como lo que es, una joya religiosa”, destacó el párroco.

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