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Por crisis humanitaria, Iglesia venezolana no exige consumir pescado en Semana Santa

El alto precio de los productos cárnicos diluye la tradición que se estableció por respeto al cuerpo de Cristo. El clero califica a los malnutridos como “personas enfermas”

En la casa de Carmen Gutiérrez no habrá pescado este Jueves ni Viernes Santo. La mujer de 65 años estudió durante toda su infancia en internados católicos y es fiel practicante de la religión. Sabe que durante los días del Triduo Pascual la Iglesia aconseja no consumir carne roja porque simboliza al cuerpo de Cristo, quien murió en la cruz para salvar a la humanidad de sus pecados.

Los elevados costos de un kilo de carne blanca, de Bs. 250.000 en adelante, y la roja, en más de Bs. 300.000, son inasequibles para los bolsillos de algunas familias venezolanas, especialmente para quienes cobran sueldo mínimo, de Bs. 392.646 al mes. El precio del pescado representa además casi la tercera parte del monto actual de la cestatique, de Bs. 915.000. Las opciones de los feligreses son granos y rubros como el pan.

Ante esta situación, desde hace tres años la Iglesia venezolana explica que es válido consumir cualquier alimento que se tenga, aun si no se trata de pescado. Consultado por Versión Final sobre el tema, Ubaldo Santana, arzobispo de Maracaibo, comentó que una persona correctamente alimentada puede sustituir el pescado por otro producto. “Pero la situación extraordinaria de Venezuela, donde no hay acceso a los alimentos e incluso hay desnutrición, hace que las normas no se apliquen por razones humanitarias”. Así que si algún fiel dispone solo de carne roja no es falta grave consumirla estos días.

Santana detalló que la Iglesia considera a quienes tienen desequilibrios alimenticios como “personas enfermas”, que deben alimentarse lo mejor posible. La norma que en principio es general se aplica entonces de forma particular, según la realidad de cada núcleo familiar.

Jesús Quintero, párroco de la Catedral de Maracaibo, coincide con el Prelado. “A la hora de la verdad, hoy por hoy, comer carne o no, no significa nada. Lo que la Iglesia nos pide es penitencia y comerse un bacalao, o un pescado muy caro, no es penitencia. Si tenemos un pedacito de carne hay que darle gracias a Dios por ello”.

Añadió que no debe dejarse de lado la oración durante la Semana Mayor y el resto del año. “Se puede rezar el rosario o practicar el vía crucis”, dijo.

El ayuno es otra de las tradiciones que se somete a consideración en casos especiales. “Yo soy diabético y una persona con diabetes no debe dejar de comer porque se empeora su condición. Hay otras formas de hacer penitencia”, apuntó el sacerdote. Carmen, junto con otros zulianos, ingiere carne roja aunque esto rompa la costumbre católica.

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