Peligran 3.500 trasplantados sin inmunosupresores
Hace cinco meses, Rafael Quintero, de 50 años, volvió a una máquina de hemodiálisis luego de 11 años. Perdió el trasplante de riñón que se le realizó en 2006, en el Servicio Autónomo Hospital Universitario de Maracaibo, el único en la región autorizado para este tipo de intervenciones.
El Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS) es el encargado de suministrar los fármacos inmunosupresores que requieren de por vida los pacientes, para evitar el rechazo de un órgano por el sistema inmunológico.
“Son tres medicamentos. Y no llegaban nunca completos. A veces me daban dos, otras veces uno o nada”, cuenta mientras espera su turno en el Centro de Diálisis Occidente, en Tierra Negra.
En todo el país, unos 3.500 pacientes trasplantados corren el mismo riesgo que Rafael, según Francisco Valencia, presidente de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida) y fundador de Amigos Trasplantados de Venezuela.
2.000 pacientes murieron esperando trasplante de cualquier tipo en el 2016.
Sin trasplantes
En mayo de este año, la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene), emitió un comunicado a las nueve unidades de trasplantes del país ubicadas en Caracas, Mérida, Barquisimeto, Valencia y Zulia informando la suspensión de estas intervenciones quirúrgicas por falta de medicamentos inmunosupresores y de ciencia en la infraestructura hospitalaria.
Para junio, la cifra de pacientes a la espera de trasplante, en cualquier patología, era de 5.000 pacientes.
“Cuando me operaron eran otros tiempos. No padecía por medicamentos y el proceso fue rápido. El 'Universitario' era centro piloto en ese tipo de cirugías. Actualmente, ya eso no funciona”, asegura Quintero, paciente renal hace 25 años.
Según las estimaciones de la fundación de Pacientes Trasplantados de Venezuela, de los 6.500 pacientes que esperaban trasplantes en el 2016, unos 2.000 fallecieron; cifra que pudo haberse duplicado este año. Sin embargo, no se manejan estadísticas oficiales.
La calidad de vida de Rafael nuevamente se ve limitada, al volver a la diálisis; pero aún corre con más
suerte que Belkis Solorzano, quien falleció el pasado 11 de noviembre en San Fernando de Apure, tras rechazar su riñón, por falta de medicamentos y luego de pedir auxilio al Gobierno nacional en las redes sociales.
