El diario plural del Zulia

Padre Antonio: 60 años sirviendo fiel a la Iglesia

Bajo un cuadro de madera sobre el que se talló el templo de la Virgen Chinita, está él. La misa de la 6:00 de la tarde ha comenzado; pero no es de él la voz que se escuchará en la iglesia de la que en 1977 fue precursor: el templo de San Ramón Nonato. Nace la parroquia, la Casa Parroquial y el Módulo Social.

El padre Antonio Abella lleva sobre sus hombros 87 años, de los que 60 se los ha dedicado, fielmente, a la iglesia. Se mantiene activo en sus funciones como religioso y sacerdote mercedario.

Recibió la orden como sacerdote el 25 de febrero de 1956, por ello, un día antes de la gran celebración por sus bodas de diamante por su trayectoria sacerdotal, se notaba entusiasmado. Observaba todo con detalle, y cerraba sus ojos como señal de peticiones constantes a Dios.

Esa noche, al terminar la misa, con pasos corto y mirada al frente, se levantó para despedir a la feligresía. Se volteó, miró el recuadro y volvió a bajar la mirada, en señal de gracias, quizá. Sigue siendo fiel devoto, sigue confiando pese a la edad que lo arropa y algunas enfermedades, que no le permiten predicar el mensaje cristiano a sus fieles, pero continua asistiendo a su templo, con su gente, quienes fielmente llenan la iglesia para verlo, y sentir desde él, la paz.

antonio abella 2 DG version finalLos motivos
Desde su paso por la iglesia, ha sido un entregado. El padre Abella es el creador y fundador Fraternidad Mercedaria Seglar (Framerse) organización encargada de los Comedores Sociales infantiles, el Club de la tercera edad y el Servicio Médico Odontológico.

Ha sido el precursor de los grupos de apostolado que hacen vida en la Parroquia: Cursillos de cristiandad, Cursos prematrimoniales, Movimiento de Espiritualidad Matrimonial (MEM), Grupos de Catequesis, Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús, Damas Mercedarias y Crecer en la fe. En sus 60 años de vida sacerdotal, ha sido un pastor intachable y ejemplo.

Para los miembros de la iglesia San Ramón Nonato, era necesario celebrar la entrega y el amor que el padre Abella le ha demostrado a todos los miembros de la iglesia, por ello y siendo el año del Jubileo extraordinario de la Misericordia, el año de Nuestra Madre de la Merced, en preparación del Jubileo Mercenario, y como se encamina desde la iglesia hacia los 800 años de la Merced en el mundo, se consideró celebrarle al padre Antonio Abella, sus bodas de diamante.

En los diferentes templos y comunidades de la parroquia fue el cierre de las actividades que se venían
desarrollando desde hace un año hasta el pasado 25 de febrero, día de la boda de diamante.

Se elevaron oraciones por la salud del padre Antonio Abella, obras de misericordia en la comunidad parroquial, como un gesto de amor hacia el padre, y se propusieron nuevas obras sociales, según las necesidades de la comunidad, para ser lideradas por los miembros de la parroquia, tomando como ejemplo las obras que inició el padre y darle continuidad a las ya existentes.

Un padre ejemplo de fe, perseverancia y constancia. ¡Felicidades, padre!

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