El diario plural del Zulia

Pacientes deben comprar hasta las sierras quirúrgicas

Un millón 400 mil bolívares cuesta la herramienta de corte. A este gasto se suman anestésicos, bisturíes, antibióticos y material médico descartable

Más de dos millones de bolívares tiene que invertir Carlos Pulgarín en la operación de su madre, Luz Amparo Pulgarín, de 62 años, quien desde hace un mes requiere la amputación de su miembro inferior izquierdo, por diagnóstico de pie diabético tipo IV.

Para la disección, los galenos del Hospital General del Sur Dr. Pedro Iturbe les pidieron: insulina cristalina y NPH; anestesia rocuronio, que tiene un costo de entre Bs. 300 y 950 mil, e incluso una sierra especial para amputar, llamada Gigli.

Cuando estaba en existencia, hasta hace unas semanas, en la farmacia Suplos, en Tierra Negra, especialista en materiales quirúrgicos, valía un millón 400 mil bolívares.

“Todo mundo da carreras para conseguir lo que necesitan sus familiares”, expresa con preocupación Carlos, quien se desempeña como mototaxista. Su madre amerita la operación desde finales de octubre y por limitaciones económicas, estaba en espera.

Alfonso Socorro, presidente de la Sociedad Venezolana de Cirugía, indica que las sierras de Gigli desaparecieron de la mayoría de los hospitales de la región zuliana desde hace aproximadamente ocho meses. “Algunas veces el instrumento se rompe con el uso, por eso se lo piden a los pacientes”.

“Es obligación del Estado”

La herramienta, además de costosa, es de difícil acceso. No se consigue en farmacias comunes de la ciudad.

Socorro refiere que al solicitar los insumos médicos, en los centros hospitalarios públicos, se está violando la Constitución Bolivariana de la República, que establece en sus artículos 85 y 86, que “el financiamiento del sistema nacional de salud es obligación directa del Estado venezolano”.

El galeno asegura que en vista de los altos costos de los insumos, “quien no tenga dos millones de bolívares, se muere”.

En tanto, Carlos espera que su madre no forme parte de las estadísticas negativas. “Hacemos un esfuerzo por reunir todo”, señala.

La familia viajó desde Machiques de Perijá, donde no encontraron ni la mitrad de los insumos, hasta Maracaibo, para que la señora fuera internada.

Los gastos se multiplican al ritmo de las peticiones de insumos en el centro de salud. “Hemos gastado mucho en antibióticos. El meropenem vale 300 mil bolívares”, indica.

Poder comprar lo prescrito por los cirujanos —norfloxacina en ampollas de 500 miligramos, a 98 mil bolívares, y metronidazol de 750 miligramos, a 80 mil y la sierra quirúrgica, que aún no encuentran— separa a la señora Luz del proceso operatorio que le salvará la vida.

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