El diario plural del Zulia

“Nos dicen: ‘profe, quiero llevar comida a mi casa’”

La escuela Orangel Rodríguez, de Sabaneta, está paralizada por el deterioro de la infraestructura y por falta de alimentos que debe suministrar el programa FundaPaez, de la Gobernación del Zulia.

“En los últimos días los niños llegan con su vianda y nos dicen ‘profe, necesitamos comida, quiero llevar comida a mi casa’, y no tenemos cómo responderles porque no está llegando”, denuncia Kairet Morales, docente de aula.

Los representantes protestaron el viernes con una toma del plantel, que carece de tren directivo, y está al mando de una supervisora encargada. Morales afirma que durante la gestión del gobernador Francisco Arias Cárdenas, el programa involucionó y ahora tardan un mes para llegar. A veces, hasta 45 días.

“Le hemos preguntado a la supervisora qué pasa, porque en gestiones anteriores llegaba semanalmente, y hace tres días nos dijo que el Paez ahorita no contaba con insumos para cubrir los alimentos de los niños”.

La calidad de los alimentos ha bajado y la cantidad mermó, asegura la docente, cuyos colegas le aseguran que es un problema a escala regional. Hace dos semanas llegó un cargamento, mínimo, que dio abasto para tres días consecutivos. “A veces dura una semana, depende de la cantidad. Y cuando se termina, tenemos que esperar hasta 20 días”.

fundapezInasistencia
Betty Castillo, otra docente de aula, del centro de educación inicial La Trinidad, afirma que la matrícula ha bajado, peor no por culpa de las maestras, sino porque “no tienen alimentos en su casa y cuentan con la comida del colegio, y no está llegando como debe ser”.

El preescolar es pequeño. Tiene tres salas que funcionan en los turnos de mañana y tarde. Hay 180 niños inscritos y aún así sufren por el desabastecimiento. “Es triste que ganemos una miseria y tengamos que bajarnos de la mula y recoger para pagarle a la directora y al programa Paez (el nacional, dependiente del Min-Educación) para que vaya a retirar los alimentos en la Zona Industrial o pedirle 20 bolívares a cada representante para ir a retirar la miseria de alimentos que envían”.

El retorno al preescolar se les hace más duro, porque usualmente les entregan tres pollos, dos kilos de harina de maíz y un litro de aceite. “Una vez, para hacer las empanaditas usamos un aceite viejo, para que no se perdiera el pollo, y cada uno me llevó una cebolla, un pimentón”.

Castillo recuerda que la última vez que el programa gubernamental les envió frutas fue a principios de noviembre de 2015. “Los niños no saben lo que es tomarse un jugo de fruta, una chicha, que antes por lo menos enviaban leche y azúcar. Este instituto depende la nación. Hemos pasado cartas a la Gobernación, hemos acudido a todas las instancias y nada”.

Deficiencia
Marlene Hernández, presidenta regional de la Federación Venezolana de Maestros (FVM-Zulia), asegura que FundaPaez no funciona y lo sabe de primera mano. “Hemos llegado a unidades educativas y nos hemos encontrado con que les acaba de llegar en un camión dos pollos, un paquete de pasta, medio kilo de papa y tres tomates”.

fundapez 2“Lo importante en la edad escolar son los complementos proteicos y de calcio porque son los que permiten el crecimiento. Y en ningún plantel existen esas condiciones de tener un equilibrio dietético para el niño”, declara Gualberto Mas y Rubi, presidente del Sindicato Unitario del Magisterio del Zulia (Suma-Zulia).

Cree que es necesario felicitar a los directores y maestros porque son ellos los que pagan de su bolsillo las unidades que recogen las provisiones en Pdval. “La escasez está influyendo en la calidad de la comida que llega a los planteles. Está fallando en los hogares, ¿y no va a fallar en las escuelas públicas? Negarlo sería mentirle descaradamente al país”.

En el jardín de infancia Angelitos Negros, ubicado en la parroquia Santa Lucía, el servicio es irregular y solo reciben harina de maíz. Nerio Romero, secretario de Reclamos de Suma- Zulia, dijo que las maestras tienen que salir a comprar papa y queso para rellenar las empanadas.

A los centros paralizados por conflictos laborales, asegura el sindicalista, los amenazan con retirarles el programa alimentario. “A Angelitos Negros, la jefatura del municipio, que le queda al lado, le quita dos contribuciones: una para Fundayacucho y otra que no se sabe para dónde va”.

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