Mira por qué este taxista estacionó su carro frente a la Gobernación [+Fotos]
Con ojos llorosos, el taxista Alberto Olivero lamenta que no puede trabajar ni llevar los alimentos a su familia. Desde hace ocho semanas su vehículo, asignado en septiembre por el gobierno de Nicolás Maduro, está paralizado por falta de tres cauchos y lubricantes.
“Lo poco que tenía ahorrado me lo gasté en comida. Apenas alcanza para comer y no se puede guardar dinero para comprar los cauchos ni hacer el cambio de aceite, que está en 42.500 bolívares”, dijo.
El hombre, de 48 años, mantiene su Cherry Orinoco estacionado frente al Palacio de Gobierno del estado Zulia como medida de protesta, pide a las autoridades gubernamentales la venta de neumáticos a precio justo desde la semana pasada. También solicita aceite para el motor.
El padre de cinco hijos y abuelo de tres nietos aseguró que se reunió con Gladys Suárez, secretaria de Transporte, quien le pidió una serie de requisitos para procesar su solicitud, pero hasta la fecha no le ha dado respuesta satisfactoria. "Fui a la Alcaldía, a La Gobernación y al Consejo Legislativo del estado Zulia (Clez) y no me han atendido".
La necesidad lo obliga a ser persistente, por eso el lunes Olivero intentó hablar nuevamente con la también presidenta de la Federación Bolivariana de Transporte en la entidad, quien no atendió su llamado. El transportista, con 23 años de servicio, aseguró que no moverá su carro hasta recibir los insumos.
El conductor denunció que alguien relacionado con la dueña de un bus Yutong le ofreció los cauchos que vende el Gobierno, a través del Ministerio de Transporte, por 255 millones de bolívares. “Me pidió por cada uno Bs. 85 millones, ¿por qué los cauchos e insumos no son distribuidos a los choferes que los necesitamos? Hago un llamado al Presidente y al ministro Carlos Osorio para que solucione la situación de los transportistas”.
El Metro le tumbó la casa
Olivero vivió alquilado en El Caujaro con su familia mientras esperaba que la empresa Metro de Maracaibo construyera la vivienda que le prometió y por la que derrumbaron su vivienda.
"El Metro me tumbó la casa en el 2011, para construir otra y nunca lo terminaron. Poco a poco he venido levantando mi vivienda, aseveró Olivero, residente del sector Cumbres de Maracaibo.
