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Metro de Caracas cae en decadencia tras 36 años de vida

Estaciones sucias, inseguridad y vagones atestados es la realidad que muestra BBC Mundo en un reportaje

En 1983, se inauguró "la gran solución para Caracas". Era el Metro, que hoy vive en decadencia porque, entre otras cosas, los pasajeros abordan sin pagar un céntimo, al menos en la estación de Petare, a pesar de que se decretó un pago de Bs. 40 por el tiquete. Pero no hay boletos pues imprimirlos es más costoso.

Además, los andenes y las instalaciones permanecen sucios, a pesar de haber algunos empleados de mantenimiento, que no se dan abasto.

Lo más cumbre son los robos. Si no son los carteristas son antisociales que sacan una pistola y son capaces de llevarse celulares y relojes. Esto le pasó a Augusto, un empleado público en la estación Chacao, publicó BBC Mundo en un reportaje.

Le sacaron la pistola y lo amenazaron de muerte. Se llevaron su bolso con un celular y su reloj. Pero a uno de los delincuentes que quedó rezagado al momento de huir le cayó a golpes; sin embargo de nada sirvió, porque los policías recomendaron no denunciar al ladrón pues este tenía el rostro desfigurado. Además, no pudo recuperar el teléfono ni el reloj, solo el bolso.

La mugre abunda

BBC Mundo detalla en el reportaje que antes, quienes se embarcaban en el Metro se admiraban de lo limpia de sus estaciones, andenes e instalaciones, además de la puntualidad con que llegaban los vagones.

Ahora los andenes y pasillos lucen sucios, y en los trenes el suelo está sucio y pegajoso, añadió el reportaje.

Un empleado de mantenimiento del Metro de Caracas, José Vargas, aseguró a BBC Mundo que los usuarios no colaboran e incluso algunos de ellos han llegado a hacer sus necesidades en esas instalaciones.

De hecho, dice el reporte, en la estación Plaza Venezuela se percibe un fuerte olor a orine, que además se concentra en el pasillo.

Por la falta de mantenimiento hay pocos trenes operando y se ven atestados de gente que sale apurada a sus trabajos.

Hay personas que manifiestan esperar durante más de una hora y ante la ausencia de los vagones optan por subir a la calle y tomar un autobús.

Los pasajeros no son los únicos que sufren los embates de inseguridad en el Metro. También sus instalaciones. Un operador relató a BBC que allí robaron el monitor y las cámaras de vigilancia.

La gente soñaba con trabajar en el Metro de Caracas, porque "era una compañía admirable y ofrecía uno de los mejores empleos que podían conseguirse".

Ahora la gente decide abandonar el trabajo en el subterráneo porque lo que pagan es sueldo mínimo de 40.000 bolívares, el costo de un cartón de huevos y quizá parte de un paquete de harina de maíz.

Con razón, José Vargas pasa coleto con mucha parsimonia, pues esos 40.000 bolívares se los gana en una jornada de 6:00 de la mañana a 2:00 de la tarde, reseña BBC Mundo.

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