El diario plural del Zulia

Materos geométricos, una innovación marabina

La idea de ser un empresario independiente y mostrar sus habilidades de diseño estructural, para evitar ser un oficinista, llevó al arquitecto David Martínez a desarrollar un proyecto innovador al finalizar su carrera universitaria en la Universidad del Zulia (LUZ), en el año 2013.

“Mi padre siempre me inculcó, primero, a hacer mis propias cosas, si tenía una idea fabricarla, no dejarla allí como en el pensamiento, si no llevarla a la realidad y, bueno, comenzó esto”, manifestó Martínez, para explicar el surgimiento del proyecto.

Unas piezas de concreto, con un diseño geométrico minimalista (con reducido nivel de expresión artística) fue el proyecto impulsado por el emprendedor.

Su concepto inicial, en la búsqueda de comercializar sus diseños, estaba basado en la fabricación de lavamanos, pero este proyecto no culminó de manera satisfactoria, debido a que el molde utilizado no daba el acabado que se quería. Según Martínez, este diseño es más complejo y requiere un conocimiento de otra carrera, denominada Diseño Industrial.

Idea en concreto

El arquitecto decidió reinventar su proyecto y trabajar durante un año en otra posibilidad comercial a base de concreto. “Tuve un año haciendo pruebas de cómo fabricar los moldes, cómo fabricar las matrices, cómo fabricar las piezas que tenía en la cabeza, por su puesto hubo mucho, mucho dibujo de arquitectura aplicado a otra cosa”.

La idea de ofrecer un producto de calidad a los consumidores no cesó y luego de varios ensayos y errores finalmente se logró el objetivo, la elaboración de un matero “antiquiebre” y “antigrietas” a base de concreto estructural.

Al intentar levantar una pieza se puede certificar la calidad del producto, pues diez kilos de concreto puro, combinado con aditivos impermeabilizantes evitarán las filtraciones que muchas veces ocasionan los materos tradicionales hechos a base de barro.

La inversión en 10 sacos de cemento semanal para la fabricación de las piezas revela el porqué del costo de los materos (entre 12 y 15 mil bolívares). Por fortuna, el proyecto ha contado con el respaldo de ferreteros que consideran la calidad del producto y lo distribuyen en el territorio nacional.

Para la elaboración de los moldes, Martínez cuenta con el apoyo de su amigo, Diego Sánchez, quien además es el contador de la empresa.

Conseguir el elemento base de las piezas no es tarea fácil para el arquitecto, debido a que el cemento no se consigue en todas las ferreterías, y donde lo hay, debe ser adquirido con la compra de otros artículos para poder obtener un máximo de cinco sacos diario aproximadamente.

Martínez presenta una innovadora forma de conservar las plantas, por medio de una pieza segura y confi able, que evitará a los amantes de la jardinería, el estrés de tener que cambiar de matero de manera constante.

El taller del arquitecto se encuentra ubicado en el kilómetro 3 de la carretera vía a El Moján, en la zona industrial norte de Maracaibo, a pocos metros del centro comercial Sambil.

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