Más de 200 mil feligreses adoraron a Jesús de la Misericordia
No hay más poderío en un pueblo que su amor infinito a Dios. Y ayer cientos de feligreses lo demostraron al acompañar la procesión de la Divina Misericordia que partió desde la iglesia La Consolación hasta la Ciudad Universitaria de LUZ.
Un total de 5 kilómetros fue el recorrido que para muchos no fue nada en comparación a la Divina Misericordia que siente Jesús hacia sus hijos.
No hubo limitantes. Familias enteras caminaron el recorrido que se extendió por varias horas hasta la llegada de la eucaristía final en los predios de LUZ.
Para Edna Ferrer, de 63 años, es una costumbre acudir fielmente todos los años a la caminata en nombre de Jesús. “Soy paciente trasplantada de riñón y siempre le doy gracias a él por mantenerme firme”, destacó la dama que estaba acompañada de su esposo.
Diana Medina, en silla de ruedas, recorrió la procesión junto a sus familiares que salieron desde el sector Belloso. “Me amputaron una pierna en noviembre del año pasado y pido a Dios que me conceda poder tener una prótesis. Sé que con mi fe hacia Él podré tenerla”, destacó.
Wilmary Reyes, de 21 años, caminó descalza todo el recorrido. Detalló que lo hizo por una promesa a Jesús de la Misericordia. “Le pedí que me ayudara en una etapa difícil que atravesé mientras cursaba mi carrera”, contó la joven licenciada en Gerencia de Recursos Humanos.
Steven Villegas, de 26 años, tiene asistiendo al encuentro con Jesús de la Misericordia unos seis años.
Cientos de personas se reunieron para pedir por Venezuela, por la salud, por el porvenir, también por los familiares que están en otros países, pero que anhelan volver a una nación renacida.
