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Madre de los hermanos Bravo Delgado: “Comíamos un día y al otro no teníamos nada”

Glenis Delgado confesó que le preocupaba que sus hijos no tuvieran que comer. La mujer presenta una discapacidad mental y el padre de los jóvenes desnutridos se desentendió desde octubre

La alimentación en la familia Bravo Delgado no era balanceada ni repartida equitativamente. Los abuelos, dos tíos, dos hermanas y madre de Adalberto y “Ana” no presentan los mismos signos de malnutrición aguda grave causada por la falta de alimentos. Por el contrario, lucen saludables y con buen peso.

“Comíamos solo arroz o pasta, una vez al día, pero a veces no teníamos nada”, contó Glenis Delgado de Pool, de 44 años, progenitora de cinco hijos, de los cuales dos presentan desnutrición y otros tres fueron presuntamente abusados por el abuelo y un tío.

Los habitantes del barrio Altos de Milagro Norte indicaron que los “empleadores” se aprovechaban de la discapacidad mental de Glenis para no pagarle o darle menos dinero, por realizar labores de limpieza.

“A mí me preocupa que mis hijos no tengan qué comer. Cuando lavaba ropa, en casas de familia, me pagaban 50 o 100 mil bolívares. A veces me daban medio paquete de harina, eso no me alcanzaba. Comíamos un día y al otro no teníamos con qué alimentarnos”, dijo la madre con ojos llorosos.

Pese a su testimonio, los miembros restantes del grupo familiar no están desnutridos. “Algunos vecinos le daban alimentos, pero no sabían que los adultos comían y los hermanos especiales no. Ellos siempre han sido flacos, su condición empeoró desde octubre cuando su padre dejó de traerle alimentos, que compraba por bultos”, señaló Milángela Marín, representantes del consejo comunal de la localidad.

(Lea también: El hambre y los abusos sexuales estremecen a cinco hermanos en Milagro Norte)

Marín manifestó que Glenis ya no percibe la ayuda otorgada por su condición especial debido a problemas con su tarjeta de débito y en la comunidad “no llega el CLAP desde hace cinco meses”.

La escasez de alimentos y crisis económica también son algunas de las razones que disminuyeron la ingesta de nutrientes en los hermanos Bravo Delgado, a juicio de los vecinos.

Trascendió que el padre de la menor, Eligio Bravo, habría dejado de llevarle alimentos luego de reclamarle a su excuñado, el presunto abuso sexual contra su hija “Maritza”, que tiene discapacidad mental. Se desconoce si los jóvenes que presentan un cuadro crítico de malnutrición fueron “tocados” por sus familiares.

Los hermanos con discapacidad intelectual ingirieron, el lunes, un plato de alimentos  que fue llevado por Carolina Leal, miembro de la iglesia Fuente de Salvación. La mujer se enteró de la denigrante situación de los consanguíneos el sábado y decidió ayudarlos.

“Cuando llegué ellos estaban rodeados de suciedad, estaban tirados en el piso de la casa sobre sus orinas y heces. Es un caso alarmante, los niños se estaban muriendo de hambre. La gente decía que la niña lloraba incansablemente y no hicieron nada”, declaró.

Otros casos

Respecto a los otros casos de malnutrición, Leal indicó que el año pasado fallecieron dos personas por hambre en el barrio, entre ellas, una niña que padecía de hidrocefalia congénita. “El señor Orlando estaba solo en su hogar -su familia vive en Colombia- y presentaba desnutrición. Le di alimentos durante una semana para recuperarlo, pero no fue suficiente. Su condición era crítica y falleció el 31 de diciembre”, lamentó.

Dos bebés, una de 30 días de nacida y la otra de seis meses, sufren los estragos de la mala alimentación. Viven en la calle 36 del mismo sector. Yoinelis Áñez, madre del infante que ya cumplió medio año de vida, asegura que su hija es alimentada, pero “no sube de peso”. Acusó que los médicos del Hospital Dr. Adolfo Pons no quieran hospitalizar a la pequeña, por la falta de insumos en el hospital y porque su situación puede ser controlada desde casa.

La niña pesa 3 kilos, 500 gramos menos de los que refleja su papeleta de nacimiento. “Le hemos comprado sus medicamentos para la tos, escabiosis y parásitos, y no mejora. Yo le doy pecho y a veces sopita de papa”, dijo Áñez.

El hacinamiento y falta de higiene son factores que nuevamente cobran fuerza en estas historias de malnutrición aguda grave. Los hermanos Bravo Delgado fueron llevados a la Sala de Recuperación Nutricional del Hospital Nuestra Señora de Chiquinquirá, su mamá los acompañaría.

Una bacteria en el área impidió su hospitalización en el centro asistencial. Los jóvenes fueron enviados a su hogar con una orden para realizarle exámenes de laboratorio y  un chequeo forense, a fin de comprobar si fueron víctimas de abuso sexual, informó Leal, quien aún permanece con los  afectados.

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