Los marabinos viven entre moscas y basura
Pasó el mes de mayo, pero las moscas se quedaron agobiando a los marabinos. En la ciudad hay un repunte considerable en la proliferación de este insecto que la gente comienza a ver como un “problema de salud pública”.
“Me la paso limpiando para no tener moscas en la casa, pero igual se meten y están por todos lados”, comenta Irma Varela, ama de casa, residente del sector 2 de San Jacinto.
Varela achaca el problema a los montones de basura que rodean la zona. La recolección de los desechos se está ejecutando de forma eficaz y en los vecinos “hay falta de conciencia”, asegura.
Los conocidos mata moscas, pañitos con vinagre o agua de cloro son algunos de los remedios que Irma emplea. “Es desesperante tener la casa llena de moscas. Uno no puede cocinar ni comer tranquilo”, señala.
Según Francis Geraud-Poeuy, entomólogo de la Facultad de Agronomía de La Universidad del Zulia, la excesiva presencia de moscas en la ciudad es una situación real, relacionada al mal manejo de los desechos y la disposición de la comida, así como a las altas temperaturas y humedad características de Maracaibo.
“Donde hay materia orgánica, es decir, basura, las moscas dejan sus huevos y se reproducen rápidamente”, explica Geraud.
Mayo es conocido como el “mes de las moscas”, por la humedad que generan las lluvias de primavera, sin embargo, cuando dos factores como la falta de recolección de basura y las altas temperaturas de la ciudad se mezclan, la proliferación es latente durante todo el año, detalla el especialista.
“El calor favorece la reproducción de moscas siempre y cuando estas tengan alimento. La lluvia es otro factor que influye en la proliferación”, afirma.
Desde las calles hasta las casas están plagadas, no solo en el día, sino también por las noches. lo que es inusual según Irma. “Por las noches no se veían moscas, ahora están a cualquier
hora”.
Para la ama de casa “los brotes de diarreas y virosis que se están viendo son ocasionadas por tanto insecto”. Su batalla contra las moscas es permanente a pesar de que sabe que lleva las de perder. “Mato una y salen 10 más”, asevera.
