La Plaza Baralt comienza a cambiar
Una sensación de orden comienza a notarse en las inmediaciones de la Plaza Baralt de Maracaibo. Viejos tarantines que daban un aire de dejadez y desorden fueron sustituidos por la Gobernación del Zulia, a través del Centro Rafael Urdaneta (CRU).
Al menos 94 comerciantes informales que desde hace años hicieron de la plaza su lugar de trabajo, fueron beneficiados con la sustitución de los quioscos, a través de este programa que comenzó a implementarse en el 2013, una vez que el presidente Nicolás Maduro declarara Zona de Interés Turístico Nacional el Casco Histórico de Maracaibo, a través del Decreto 373.
La Asociación Civil de Comerciantes de la Plaza Baralt se unió a la Gobernación, para elaborar este proyecto que comprende el emprendimiento de labores culturales y recreativas, más allá del comercio que hace vida en el sitio.
“La plaza está más organizada, se ve más limpia. Los comerciantes estamos pasando de la informalidad a la formalidad con este beneficio”, comentó Henry Espinoza, secretario general de la Asociación de Comerciantes.
Los quioscos asignados están comprendidos en tres modalidades: el display, que se asigna a un solo comerciante; el octogonal o cúpula que puede ser ocupado por dos vendedores y el tranvía que tiene tres puestos y pintados con colores brillantes, hacen remembranza a este tipo de transporte que representa un icono de la cultura zuliana.
Algunos puestos fueron instalados a principio de año, pero es hasta ahora cuando comenzaron a ser asignados y ocupado por los trabajadores.
Según los comerciantes se discutió con el CRU la posibilidad de implementar la modalidad de comodato o préstamo de uso. Aún quedan algunos puestos viejos y oxidados, pero progresivamente también se les asignará un quiosco a estas personas.
El representante de los vendedores también instó a los cuerpos de seguridad a emprender acciones de resguardo en el espacio, pues la idea de los quioscos, es que los comerciantes puedan dejar la mercancía guardada allí por las noches, para evitar el uso de vagones de hierro que deterioran el piso.
Algunos artesanos aseguran que fueron dejados de lado en el proyecto, por lo que solicitan ser tomados en cuenta para integrarse a esta iniciativa, sin entorpecer lo que ya vienen realizando con los comerciantes. “Queremos participar de los procesos de inclusión social. Que nos asignen un nuevo espacio donde exhibir nuestro arte”, comentó Rubén González, artesano de la zona.