El diario plural del Zulia

La escuela, un refuerzo para la responsabilidad

A pesar de que el cultivo de valores comienza en la familia, los educadores se encargan de modelar una sociedad íntegra

Solo cinco minutos restan para que el timbre de ingreso suene. Algunos alumnos ya están en fila para entrar al salón de clases, sin embargo, otros demoran el tiempo para, al menos, presentarse a la hora justa o simplemente llegar.

Imprevistos, padres o costumbres son parte de las excusas que alcanzan los oídos de los profesores.

Los pupitres se llenan de estudiantes dispuestos a adquirir conocimientos académicos, no obstante, lo que desconocen es que están en el lugar donde continuará la formación hogareña, para encarar con responsabilidad situaciones cotidianas y olvidar las excusas.

No formo mediocres, formo seres humanos integrales. Con valores, con ética, pero, además de eso, con conocimientos”, asevera el profesor de Lengua y Literatura, David Chávez.

Desde entrar a tiempo, entregar la tarea, hasta cumplir con las normas de la institución son parte de las enseñanzas implícitas que se cultivan en el estudiantado.

Lo responsable que sean los alumnos en la escuela depende de que alcancen lo que se proponen”, indica la maestra Guadalupe Hernández, del nivel de preescolar.

El colegio, entonces, se convierte en una fábrica de individuos responsables para constituir una sociedad íntegra y con principios.

Un buen maestro puede ser la diferencia entre el fracaso o el éxito de una persona”, asegura la coordinadora nacional del programa Educación para la Paz de Fe y Alegría, Luisa Pernalete, sin titubear.

Trabajo en equipo

Todo parte de la familia y su cultivo de valores; luego la escuela, como refuerzo y complemento; y seguido está la sociedad, práctica y reflejo de los primeros estimulantes.

Pero, si alguno de ellos falla, el que le sigue asume el rol correspondiente para continuar con el trabajo de formación, aunque respetando sus funciones primarias.

Chávez lo denomina como un trinomio: familia, escuela y comunidad; siendo el hogar “la primera práctica de valores”, por lo que si en esta existen problemas, “es bastante difícil que los valores se afiancen y se practiquen”.

El artículo 17 de la Ley Orgánica de Educación respalda la unidad: “Las familias, la escuela, la sociedad y el Estado son corresponsables en el proceso de educación ciudadana integral de sus integrantes”.

Sin embargo, el docente de Lengua y Literatura advierte que la responsabilidad, hoy en día, recae en el profesor, porque está asumiendo todos los papeles, convirtiéndose en un modelador de una “sociedad a partir de la educación”.

Nosotros (la escuela) somos un reflejo de la sociedad, pero no somos la sociedad. Podemos ser un reflejo del hogar, pero no somos el hogar”, detalla Chávez.

Cada rol debe asumir su responsabilidad correspondiente para cumplir con los objetivos, porque a pesar de que los docentes traten de serun modelo social a seguir”, si el hogar y la comunidad son inexistentes, “se pierde el trabajo forjado en la escuela”.

En tanto, un trabajo en equipo entre el trinomio será la clave para dotar una colectividad con los mismos lineamientos éticos y morales. Donde decir las horas, ceder el asiento en el autobús, botar la basura en su lugar, respetar el paso peatonal… será común en la ciudad.

Vigilantes permanentes

Un educador es un vigilante de actos, sin importar en el ámbito donde se encuentre. Si estás haciendo algo imprudente en la calle, te lo hará saber; si el camino por el que transitabas se desvió por el oscuro y turbulento, te tenderá la mano para ayudarte a retornar al correcto. Su responsabilidad nunca se apaga.

Soy profesor desde que me levanto hasta que me acuesto y donde te vea haciendo algo malo te lo reclamo”, exclama Chávez.

Entonces, se crea un vínculo entre el alumno y el profesor que no se pierde a pesar de los años y que se refuerza a medida del contacto humano. El compromiso por “fortalecer las personas”, como indica Pernalete, está siempre latente.

Lea también
Comentarios
Cargando...