El diario plural del Zulia

Harina y aceite congregan feligreses en Semana Santa

Para la iglesia católica, el sábado de gloria es un día de luto, recogimiento y oración, porque se conmemora la muerte de Jesucristo, sin embargo, este año la escasez y el bajo poder adquisitivo hizo que cientos de zulianos dejaran a un lado la tradición religiosa, para salir a sufrir durante horas en una cola de supermercado con la esperanza de comprar dos paquetes de harina de maíz y un litro de aceite.

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El vía crusis por los productos regulados podía palparse a lo largo de la avenida La Limpia; en Centro 99, Mercasa y Kapital, donde el rostro insolado de la gente daba testimonio de las largas horas que esperaba por entrar a comprar: “Estoy cansado ya de tanto esperar, pero vengo de Bicentenario y Kapital de 5 de julio, donde el despelote es tan grande que uno jamas podría entrar, creo que ni a la vigilia pascual podré ir hoy porque estoy muy cansado”, relató con pesar en sus ojos, Gabriel Pérez, de 63 años, mientras esperaba en una cola.

Además de la sombra del “Bachaqueo” que asedia permanentemente las colas, la presencia del hambre y la necesidad no se hizo esperar durante las colas del Sábado Santo: “todos me preguntan por qué hago estas colas aquí tantas horas, y la verdad es que no es por gusto, sino porque yo ganó sueldo mínimo, tengo dos hijos pequeños y si no compro regulado no podríamos comer. Hoy, en vez de estar descansando estoy aquí, y el jueves y viernes Santo fue lo mismo, en toda la semana ni a la iglesia he podido ir”, manifestó Janier Fernández.

Aunque los dos rubros por los que la gente plagó de colas los mercados de la ciudad no eran los más codiciados por los consumidores como la leche completa o los pañales, lograron causar estragos en el comportamiento de una sociedad que cada vez abandona más sus responsabilidades, hábitos y costumbres por llevar la escasa comida a la mesa de su hogar.

 

 

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