El diario plural del Zulia

Especialista: “El sistema eléctrico es robusto y no cae en sabotajes”

Un especialista en electricidad que trabajó en el Ministerio de Energía asegura que ninguna banda puede atacar la electrificación nacional

La región que vio encender el primer bombillo del país en 1888, Maracaibo, hoy pasa sus madrugadas a oscuras. Desde hace ya una semana se registran apagones no programados, con una extensión de hasta 15 horas en diferentes sectores de la capital zuliana y San Francisco.

 

El Gobierno regional y el ministro para la Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, aseguran que las interrupciones del servicio se deben a “sabotajes” y hurtos perpetrados desde diciembre en subestaciones como Cuatricentenario, El Moralito (a 40 kilómetros de El Vigía) e incluso en El Tablazo. Esta tesis la desmonta un especialista en generación de energía, quien laboró en Pdvsa de 2004 a 2008. Afirma que el sistema eléctrico venezolano es “lo suficientemente robusto” como para caer ante intentos de quebranto.

 

Alejandro López, ingeniero electricista egresado de la Universidad del Zulia (LUZ), trabajó de 2011 a 2015 en el Ministerio de Energía Eléctrica como encargado de la supervisión de los sistemas de generación. Desde 2015, labora en la Universidad Politécnica de Cataluña (España) como investigador en sistemas de generación con energías renovables.

 

El doctor en Generación Eléctrica, en conversación con Versión Final, explica las causas de las fallas que presenta el sistema que conoció como la palma de su mano y las soluciones factibles para superar la coyuntura, así como el tiempo que esto tomará.

 

—En su artículo La crisis del sistema eléctrico venezolano, usted señala que la caída en los precios del petróleo, entre 1988 y 2003, afectó la inversión eléctrica. ¿La problemática actual se debe a esa falta de inversión?

—Al ser el sistema eléctrico de propiedad pública, o estatal, tiene una dependencia directa de los ingresos petroleros. Las ganancias que se perciben por los pagos de los usuarios del servicio no sostienen todo el mantenimiento y la inversión que se amerita. De 15 años para acá, el sector eléctrico es extremamente dependiente de las exportaciones petroleras. En tiempos en los que el ingreso petrolero ha sido insuficiente se ha hecho cierta inversión, entre 2004 y 2009, en infraestructura, pero no en mantenimiento. Eso se puede observar en planes en los cuales se avanzaron, pero que no se culminaron. La crisis del sistema económico mundial, entre 2009 y 2010, causó el desplome de los precios petroleros desde 2011 hasta la actualidad y que cayera la inversión en el sistema eléctrico nacional.

 

—Antes de la bonanza petrolera, ¿cómo se costeaba el funcionamiento del sistema eléctrico?

—Desde su inicio, el sistema eléctrico venezolano siempre ha dependido del petróleo. Sin embargo, las tarifas que los usuarios pagaban eran suficientes para mantener una cierta autonomía de lo que eran las empresas regionales. Las empresas eléctricas estaban divididas por regiones. Teníamos autonomía en cuanto a las tarifas, gestión de la inversión y mantenimiento. Las grandes inversiones las hacía el Gobierno nacional a través de las empresas regionales, como Enelven, Electricidad de Caracas y Enelco. Para 1978, el sistema eléctrico venezolano era el más avanzado de América Latina y el servicio era equiparable al de los países más desarrollados en el mundo. Cuando inició la electrificación, la inversión que se hizo en 1960 y 1970 fue muy importante y llevó al país a tener el mayor grado de electrificación de América Latina. En los años 80, Venezuela tuvo las centrales hidroeléctricas más grandes del mundo, que son las del Caroní.

 

—¿Cuándo comenzó el problema y por qué?

—El problema inicia a partir de los años 1990, cuando se dio una primera crisis capitalista que llevó al país a una crisis económica. El presidente Chávez llegó al poder y en 2010 se radicalizó la centralización con la creación de Corpoelec. Todo comenzó a depender de Caracas y desaparecieron las empresas regionales, lo que hizo que el sistema eléctrico dependiera mucho más del nivel central y del petróleo. La catástrofe se dio cuando los precios cayeron. El sistema eléctrico no tiene cómo recuperarse porque los ingresos por tarifa no representan nada con respecto a lo que se requiere.

 

¿El sabotaje denunciado en días pasados por el Gobierno regional y el ministro Luis Motta  realmente vulnera el sistema eléctrico?

—Nuestro sistema es lo suficientemente robusto para caer por sabotajes puntuales. Es imposible que un pequeño grupo de personas impacte a todo el sistema. Lo que estamos viviendo jamás podría ser consecuencia de un sabotaje porque no existe un grupo terrorista tan grande como para causar los daños tan severos que estamos viendo y que generan el racionamiento.

 

—¿En qué porcentaje ayuda el ingreso económico obtenido por el cobro de las tarifas actuales del servicio de electricidad?

—Entre 2014 y 2015, cuando aún no se había producido el nivel de hiperinflación actual, con las tarifas apenas se cubría un 40 % de la nómina del sector eléctrico, es decir, el pago al personal. Eso sin incluir los gastos de operación, como la compra de papel, aceites, insumos, uniformes, repuestos y el mantenimiento de plantas, sistemas de distribución, transmisión, la compra de transformadores y vehículos. Toda la liquidez que faltaba para la operatividad la aportaba el Gobierno nacional, a través de créditos adicionales que dependían de las exportaciones, de las cuales el 95 % provenía del petróleo. Ahora es más difícil cubrir esos gastos. Debido a la hiperinflación, habría que sacar la cuenta y el ingreso por las tarifas sería un monto irrisorio.

 

—¿En qué ha afectado la centralización del sistema eléctrico y la creación de Corpoelec?

—Ha ocasionado que se tomen medidas muy ajenas a la realidad de cada estado. El Zulia tiene características propias que ameritan una gestión muy particular. Tiene también un inmenso potencial eólico y en gas que no ha sido aprovechado. El nivel central es ciego a las oportunidades que se presentan en cada región. Establecen soluciones estándar para cada situación y eso ha sido nefasto para el Zulia. Antes de iniciar lo que era el proceso de centralización con Corpoelec, Enelven ya llevaba a cabo proyectos con energía renovable en la Alta Guajira, que han quedado en el olvido.

 

—¿La minación de monedas digitales, como criptolago, influye negativamente en el suministro eléctrico?

—La minería de criptomonedas, como cualquier actividad con dependencia de aparatos electrónicos, evidentemente va a generar un consumo. Ante estos porcentajes, lo que representaría la minería de criptomonedas no tiene ningún impacto. El Zulia tiene 2.400 megavatios de capacidad instalada, de los cuales el 53 % está indisponible. Esas son las causas del problema, no la minería.

 

2 mil 800 megavatios demanda el estado Zulia durante los meses de calor, que transcurren entre mayo y agosto.

53,5 por ciento del parque termoeléctrico zuliano no está disponible. Esto representa 1.100 megavatios sin aprovechar.

 

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