El diario plural del Zulia

Escuela Ezequiel Semprún está a punto de colapsar

Son más de 250 niños que hacen vida en la Escuela Bolivariana Ezequiel Semprún, ubicada en la comunidad El Cañito, municipio Guajira. Este centro educativo fue uno de los afectados a nivel de infraestructura por la vaguada de 2010, cuando quedó completamente bajo las aguas. Desde entonces, el Gobierno nacional decretó un plan de atención al plantel, pero aún no se ha materializado.

A simple vista, sus paredes agrietadas demuestran abandono y genera temor en los representantes, quienes aseguran que cuando llueve los techos de placas se filtran y las paredes se agrietan aún más, mientras bajo estos salones reposan los escolares en horario desde las 8:00 de la mañana a las 4:00 de la tarde. A quienes laboran en la institución les preocupa que a pesar de que las autoridades de la Alcaldía y la Secretaría de Educación del Zulia conocen la situación, no concretan la rehabilitación.

Tras las inundaciones, el bahareque cedió y se hicieron boquetes en la tierra bajo los salones, generando que algunas partes del piso colapsaran. “El personal obrero rellenó con barro lo que cedió para seguir dando clases”, dijo María González, representante.

Este centro educativo es el tercero en el municipio y funciona a pesar de ser decretado por los bomberos, hace siete años, en situación de riesgo. El techo cede poco a poco, las paredes están agrietadas, y el peligro aumenta con cada lluvia que se presenta en la subregión, relatan los docentes, quienes aseguran que la última vez que se pintó fue gracias a una colecta que hicieron los maestros.

Los padres de los alumnos también recogen dinero para solventar algunas situaciones presentadas y así evitar la suspensión de actividades académicas, dice Magalys Delgado, quien tiene a sus hijos estudiando en el plantel.

Delgado considera que es necesario hacer lo posible porque no se cierre el colegio de la comunidad, “de lo contrario, nuestros niños tendrían que viajar a otras zonas para estudiar”.

Directivos, docentes, obreros, padres, representantes y los estudiantes piden al gobernador Francisco Arias Cárdenas y al presidente de Fundaeduca, Benedicto Alvarado, la recuperación de la planta física de la institución.

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