Escasez de gasolina en Maracaibo sobrepasa los límites: Despacho será limitado
La escasez de gasolina en el Zulia, estado productor de petróleo, ha sobrepasado los límites. Los conductores alegan que "prácticamente harán su vida dentro de los vehículos", pues pasan más de 24 horas en colas tratando de obtener combustible.
Incluso, muchos de ellos deciden pernoctar en sus automóviles para "estar entre los primeros" cuando la estación de servicio abra, cera de las 7:00 de la mañana. Allí, si la suerte los acompaña y no son víctimas del hampa, pasan todo el día con sed, hambre y soportando una sensación térmica por encima de los 50°. Y, lo peor de todo, sin poder trabajar.
Las colas pueden sobrepasar los dos kilómetros, en el mejor de los casos.
Muy distinto a la realidad de los zulianos, la estatal Pdvsa calificó la situación como "un nuevo ataque de noticias falsas" para desestabilizar al Gobierno de Nicolás Maduro y aseguró estar "en capacidad de suministrar la gasolina que necesita la nación".
7:51am #Zulia | Las colas en las estaciones de servicio de #Maracaibo se acrecentan. Usuarios duermen en las bombas para poder comprar #gasolina. La cola en la estación Lago Pista, en la Circunvalación 1, supera los dos kilómetros #19May - vía @natalyaav https://t.co/OIOOyz3QWJ pic.twitter.com/TqsMWPWXQf
— El Pitazo (@ElPitazoTV) May 19, 2019
Bombas militarizadas
La venta del combustible es "controlada" por funcionarios militares, quienes deberían estar allí para "mantener el orden", pero las denuncias de los usuarios señalan todo lo contrario.
Según reportó el periodista Jhorman Cruz, de la Costa Oriental del Lago, efectivos de la Guardia Nacional y de la Dgcim, que estarían controlando la distribución equitativa del combustible, están cobrando en dólares para dejar pasar "más rápido" a los choferes.
“En Cabimas y Ciudad Ojeda, la GNB y la DGCIM están cobrando en dólares para dejarte pasar más rápido”, denunció Cruz y agrega que “la mayoría del tiempo, cuando por fin llega un camión, se pelean a viva voz entre ellos mismos por el cobro de la gasolina”.
Agregó que 32 horas en cola es el promedio para echar gasolina en Cabimas. “Si quieres menos tiempo deberás pagar 5 dólares para llenar el tanque o 10 dólares para ‘pimpinear’. Si pagas 40 mil bolívares por transferencia te dan 20 litros”.
Esto sin mencionar a los pimpineros, que expenden 5 litros de gasolina en 7.000 bolívares en efectivo.
En Cabimas y Ciudad Ojeda, la GNB y la DGCIM están cobrando en dólares para dejarte pasar más rápido. La mayoría del tiempo, cuando por fin llega un camión, se pelean a viva voz entre ellos mismos por el cobro de la gasolina. https://t.co/Xqx22WUg6h
— Jhorman Cruz (@Jhormancruz1) May 19, 2019
Solo 20 litros
En Maracaibo, se ordenó que después del mediodía se despachen sólo 20 litros de combustible por vehículo; en Puerto Ordaz y Punto Fijo, muy cerca del mayor complejo refinador, la orden de los militares es entregar 40 y 30 litros, aseguró este domingo Reuters.
“Ellos (la Guardia Nacional) son los que han tomado las bombas (…) Cada cinco horas llegan comisiones de la División de Inteligencia Militar a medir cuánto queda de gasolina”, dijo Rocío Huerta, una gerente de una estación de servicio en Maracaibo, que confirmó la orden de limitar la venta.
Pase doce horas en la cola y no logré echar gasolina. A las dos de la tarde el guardia dijo que sólo 20 litros por vehículo (…) pero a las siete se acabó la gasolina, contó Víctor Chourio, un taxista de 58 años que llegó a primeras horas del día a la estación.
Cuando se agota el combustible, los oficiales buscan desalojar las estaciones, pero muchos conductores vuelven pronto a formar filas para aguardar a la próxima reposición.
“Llevo cinco horas de cola para llenar solo con 40 litros”, dijo en Puerto Ordaz, Eduardo Pereira, un maestro de 47 años, que conseguía llenar el tanque después de unos 200 vehículos. “Esto no alcanza para nada. Entre ir al trabajo y llevar a mis hijos a la escuela se me acaba en dos días”.
En algunas ciudades, las fuerzas de seguridad habilitaron surtidores para despachar gasolina a ambulancias, personal médico y vehículos oficiales, una medida que despertó críticas entre la gente que permanecía en filas de varios kilómetros.
