El diario plural del Zulia

En enero 25 mil zulianos habrían contraído zika

El virus de zika es una realidad que pica e hinca sus efectos de malestar en el cuerpo. Se nota en la piel, se evidencia en las emergencias, aunque se silencie en los despachos oficiales. El gremio médico ha diagnosticado la enfermedad de moda en al menos 25 mil pacientes en el estado Zulia solo durante las dos primeras semanas de enero, según el último balance de la Sociedad Venezolana de Salud Pública.

Un comunicado del organismo, específicamente de su red Defendamos la epidemiología nacional, revela que entre julio de 2015 y las dos primeras semanas de enero se registraron 404 mil 830 casos de zika en todos los estados del país —a excepción de Sucre, que no cuenta con data oficial—.

El estudio detalla “casos de fiebre aguda, diferentes a chikungunya y a dengue. Razonablemente, estos casos febriles en exceso son casos de zika”.

El documento está firmado por ex ministros de Salud y doctores de dilatada experiencia en la administración pública, como José Félix Oletta, Julio Castro, Ana Carvajal, Ángel Orihuela, Andrés Barreto, Oswaldo Godoy, Saúl Peña y Carlos Walter.

Explican los expertos que desde julio ocurrieron un millón 158 mil 820 casos de fiebre aguda. De estos, 840 mil fueron casos “esperados” y 318.820 los consideraron como cuadros febriles “en exceso”.

Advierte el texto sobre “un notable ascenso” de casos altamente probables de zika entre el 1° y el 14 de enero: hasta 76 mil 10 enfermos.

Los académicos listan además en su reporte de investigación los estados venezolanos con mayor cantidad de casos febriles agudos en las dos primeras semanas de 2016: Zulia, 25.439; Miranda, 12.248; Anzoátegui, 11.866; Bolívar, 11.593; Lara, 9.453; Carabobo, 8.115; Aragua, 6.315; Portuguesa, 6.173; Yaracuy, 5.672; y Distrito Capital, 3.109.

“Error” oficial
Los miembros de la Sociedad Venezolana de Salud Pública acusan al Ministerio para la Salud de cometer el “inexcusable error” de ocultar lo que califican como una epidemia.

Mencionan que el despacho oficial ofreció “cifras maquilladas” a la Organización Panamericana de Salud, al notificar que en 2014 habría habido 36.000 casos de chikungunya. “La realidad fue otra. La estimación de casos, mediante el empleo del registro de casos febriles agudos en exceso (por encima del máximo valor de casos esperados) nos indicó que al menos 2.392.215 casos de chikungunya ocurrieron durante la onda epidémica, que se extendió entre junio de 2014 y marzo de 2015”.

El cálculo de la red civil es que al menos siete millones de personas en Venezuela padecieron la enfermedad, lo que representaría una tasa de ataque a 23,3% de la población.

Vulnerables
José Félix Oletta, ex ministro de Salud durante el segundo período de Rafael Caldera, lamenta que el nuevo virus tome a Venezuela en una situación de vulnerabilidad extrema.

A su juicio, el Poder Ejecutivo debe diligenciar un decreto de emergencia de salud. Este martes, de hecho, la Asamblea Nacional debatirá sobre la crisis sanitaria y exhortará al Gobierno a resolverla.

El especialista en Medicina Interna y profesor jubilado de la UCV considera que Venezuela es el país menos preparado para encarar una epidemia de zika en la región americana. El virus se ha detectado en 22 de los 35 países del continente.

Oletta subraya que el país solo produce la tercera parte de las dosis necesarias para satisfacer la demanda interna de acetaminofén, el principal medicamento para tratar el zika.

Esta crisis nos lleva a reducir estándares de calidad universalmente aceptados en la medicina. Utilizamos planes diferentes a lo establecido en la praxis médica”, reprocha, recordando que en la nación ni siquiera hay existencia de fármacos básicos y antiguos, como la penincilina.

Jesús Pereira, presidente de la Red de Sociedades Científicas y Médicas, no duda en calificar la situación como una emergencia. “Estamos en una crisis humanitaria”.

Recuerda que hay entes externos, como la Organización Panamericana y la Organización Mundial de la Salud, cuyos protocolos contemplan la donación de medicamentos a países en crisis como Venezuela. “Tenemos que permitir que ellos vengan con medicamentos. Tenemos profesionales de alto nivel, pero no tenemos cómo ayudar a nuestros pacientes”.

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