En el ambulatorio Los Pinos atienden afuera
Sacaron los escritorios, los implementos y las historias médicas. Los profesionales de la salud y obreros del Ambulatorio Urbano II Los Pinos, ubicado en el barrio del mismo nombre, no aguantan más el calor y comienzan a atender a los pacientes afuera.
Desde el 2015 inician los robos progresivos que inutilizan todas las áreas del centro asistencial. Siete aires Split. Uno por uno, fueron sustraídos a pesar de estar protegidos con rejas. Luego se llevaron el cableado eléctrico; ochenta metros en total dejando sin servicio todo el lugar.
“Es horrible estar allí adentro con ese calorón. Me tuve que salir porque me estoy ahogando”, comenta Glenis Fernández, paciente regular de ginecología, mientras espera afuera para ser atendida.
Una a una las áreas de medicina familiar, ginecología, medicina general, farmacia, laboratorio, odontología y terapia respiratoria dejan de funcionar por la falta de climatización.
“Particularmente el laboratorio y el área de odontología deben tener un clima de 25 grados para poder funcionar y así evitar la proliferación de bacterias”, explica una empleada del ambulatorio que prefiere el anonimato.
Anteriormente el módulo tenía capacidad de atención de unos 350 pacientes semanalmente, ahora a duras penas atienden 150, en condiciones precarias.
Las mujeres embarazadas son las más afectadas, porque deben permanecer adentro para que se les realicen los controles prenatales. “No las podemos atender afuera porque las tenemos que revisar y todo eso. Se desmayan a cada rato porque se les sube la tensión por el calor”, asegura otro de los empleados que también reserva su nombre.
Temen a las represalias laborales.
