El diario plural del Zulia

En Bella Vista están dos cañones de la Batalla Naval del Lago

Hace 196 años, el conocimiento del curso de las corrientes en el lago, por parte de pescadores zulianos, fue factor clave para la victoria de los patriotas sobre los realistas españoles, quienes huyeron derrotados hacia Cuba y Puerto Rico

El jardinero riega con agua las plantas todos los días, en una casa situada en la avenida 4 Bella Vista, en el norte de Maracaibo. En el jardín hay dos cañones. Nadie sospecha que esos cañones formaron parte del arsenal utilizado en la épica Batalla Naval del Lago de Maracaibo, hace 196 años.

Fue aquel 24 de julio de 1823. Cincuenta y tres naves formaron parte de ese cruento combate en el coloso zuliano. Desde Los Puertos de Altagracia, en la Costa Oriental del Lago (COL), pasando hacia las aguas cercanas a lo que hoy es Tibisay Hotel del Lago, cerca de la avenida El Milagro, hasta la zona de Capitán Chico, aledaña al Parque La Marina; se escenificó la gesta que consolidó el proceso de independencia en Venezuela.

Absortos habitantes maracaiberos de las barriadas de El Milagro y Cotorrera observaban la lucha entre los realistas españoles y los patriotas, la tarde del 24 de julio de 1823, refiere José María Mandueño Galán en su libro “El combate naval del lago de Maracaibo”.

Antecedentes de la batalla

El cronista de Maracaibo, Julio Portillo, recordó que Venezuela, para 1823, estaba liberada.

La única que no se había liberado era Maracaibo, que no se había incorporado a la gesta del 5 de julio, fecha en que se firmó el acta de declaración de independencia de Venezuela, acotó.

El historiador zuliano Juan Romero resaltó que después de finalizar la Batalla de Carabobo quedaron unos reductos realistas en el país.

Uno de esos reductos era la provincia de  Maracaibo, una plaza sumamente estratégica. Buena parte del resto de las fuerzas militares hispanas estaban allí concentrada, añadió.

Romero considera además que la fuerza militar de España quedó severamente afectada, pues los patriotas le dieron un golpe efectivo durante la Batalla de Carabobo, el 24 de junio de 1821.

Destacó la participación clave de los pescadores zulianos en el combate que otorgó el triunfo a la Gran Colombia sobre los españoles, para que estos últimos optaran por abandonar sus últimos reductos tras la gesta de hace 196 años.

Lo que va a incidir en que se produzca el triunfo en la Batalla Naval del Lago, bajo la responsabilidad del almirante José Prudencio Padilla, es el aporte que hacen los pescadores del lago, sobre todo Pedro Lucas Urribarrí, nativo de Santa Rita, uno de los actores clave que conocía perfectamente las corrientes del lago, y es lo que permitió que a pesar de la superioridad en términos de poder de fuego de las naves españolas, se impusiera la causa patriota, dijo.

Afirmó que a pesar de la inferioridad numérica y del menor tamaño de las naves en comparación con el poderío naval hispano, Urribarrí y demás pescadores conocían perfectamente las corrientes y la zona, y supieron aprovechar ese elemento para inutilizar las naves españolas.

Desde el 23 de julio de 1823 la batalla comienza a moverse, se inicia el juego de posiciones y termina al día siguiente con la derrota y la capitulación de Francisco Tomás Morales, último capitán general de Venezuela, en ese espacio, refirió Romero.

Llega el combate por la independencia

El cronista de Maracaibo evoca el escenario de la batalla naval en las riberas de la ciudad. Aseguró que el enfrentamiento entre patriotas y realistas se produjo frente a lo que se conoce como Hotel del Lago y Los Puertos de Altagracia.

Se vieron las caras 1.645 hombres por el bando español y 1.195 miembros de la causa patriota. Los primeros a bordo de 31 naves y los segundos en unas 22, detalló Mandueño.

Fueron cerca de tres horas de intenso combate. A las 3:45 de ese 24 de julio de hace 196 años, el comandante de las fuerzas españolas, Ángel Laborde, inició fuego de cañón y después el de fusilería. Las naves de los hispanos eran menos maniobrables, dadas las condiciones del lago. El jefe de ellos decidió esperar a Padilla, escribió el historiador Mandueño.

Rápidamente el humo de la pólvora fue contra los monárquicos, que quedaron ciegos y empezaron a disparar al azar, agregó.

La batalla terminó con la precipitada retirada de los realistas hacia Puerto Cabello.

La despedida hispana

Para el historiador Julio Portillo, la Batalla del Lago de Maracaibo tiene un gran significado porque de la capital zuliana salieron derrotados los españoles para Cuba y Puerto Rico, y se despidieron de toda la América del Sur, con lo que se consolida la independencia en Venezuela.

Menciona Portillo un documento que se encontró en la Biblioteca de Nueva York, que narra la Batalla Naval del Lago de Maracaibo y es un documento escrito por el general Morales. “Es un documento de gran importancia porque ahí narra por qué perdieron los españoles”, remarcó.

Juan Romero apunta que la batalla tiene dos líneas referenciales: la primera, termina de derrotar militarmente la presencia hispana en Venezuela, que ya había quedado muy afectada después de la Batalla de Carabobo, y la segunda es la unión cívico militar.

Ya Bolívar lo había dicho en el Congreso de Angustura, soldados-ciudadanos y ciudadanos-soldados, y en la Batalla Naval del Lago se presenta perfectamente bien esa circunstancia, aseveró el historiador en referencia a la contribución de los pescadores zulianos que conocían las condiciones del lago, factor clave para vencer los patriotas a los españoles.

La república independiente

El cronista de la ciudad habló de la constitución de Maracaibo como “república democrática e independiente”, en 1821.

Como tal Maracaibo se había unido a la Gran Colombia de Bolívar con Ecuador, Colombia y Venezuela. Dicen que así como Venezuela tuvo la Batalla de Carabobo, Colombia la Batalla de Boyacá, Ecuador la Batalla de Pichincha y Perú la de Ayacucho y Junín, así nosotros en el Zulia tuvimos en la República de Maracaibo la Batalla Naval del Lago, señaló.

Al revelar que los cañones de la batalla naval están en una casa ubicada en Bella Vista, especificó que el dueño de esa vivienda era el administrador del Hotel del Lago y se los llevó del hotel para su casa.

Considera que los cañones deberían estar en el Museo Urdaneta o en un museo que se creara para esas armas que conmemoran la batalla lacustre.

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