Eleuterio Cuevas sale del templo chiquinquireño
Ya los rumores se escuchaban hace días por los pasillos de la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá, el párroco Eleuterio Cuevas fue removido del cargo, y en su lugar asumirá el arzobispo auxiliar de la Arquidiócesis de Maracaibo, Ángel Caraballo.
El arzobispo Ubaldo Santana fue quien notificó la decisión a los grupos apostólicos que hacen vida en el templo durante una cena la semana pasada. “Desde ese día el Padre no fue el mismo. Se la pasaba cabizbajo, él no quiere irse y dejar a la Basílica. La decisión no es de él, pero como obediente no va a contradecir al arzobispo”, comentó a Versión Final, María Luzardo, trabajadora de la iglesia en el área de mantenimiento.
El párroco informó a la prensa que su salida de la Basílica se trataba de una renuncia. “No me sacaron, yo renuncié. Primero por salud y luego porque siento que Dios me llama para otro sitio”, dijo.
El arzobispo Santana corroboró la información a través de un comunicado, donde asegura que desde el pasado 22 de septiembre recibió la notificación por parte de Cuevas. Sin embargo, los grupos apostolados y trabajadores del templo afirmaron que hay una razón oculta para la destitución, que en algo tiene que ver con “intereses políticos”.
“Lo que pasó con la alcaldesa Eveling de Rosales el 18 de noviembre influyó en la sentencia de monseñor Ubaldo, y sobre todo en la premura con la que se está haciendo el cambio, porque no dejarán ni que termine su período hasta enero”, señaló Miguel González, servidor de María.
¡“Eleuterio no se va”!
Pasadas las 7:00 de la noche, los grupos apostolados de la Basílica, entre ellos, Servidores de María, Hijas y Damas de María, Acólitos, Coro de Voces Blancas, Catequistas, Grupo Santa Eduviges y otros tomaron la plazoleta con pancartas en rechazo a la destitución del sacerdote.
Al terminar la eucaristía irrumpieron en el templo dónde sólo se escuchaba la consigna: “Eleuterio no se va”. Algunas lágrimas demostraban el afecto que la comunidad religiosa tiene hacia el párroco.
“No estamos irrespetando la decisión de Monseñor, pero no queremos que sea tan rápido. Queremos que lo dejen terminar el año con nosotros, y el cronograma que ya está pautado para recibir en enero a Caraballo con las puertas abiertas”, señaló Carlos Barboza, servidor de María.
