El diario plural del Zulia

El último adiós a María Guadalupe Núñez de Parra

Un retrato pintado a carboncillo implantaba su eterna presencia en la Plazoleta Jesús Enrique Lossada del Rectorado nuevo de la Universidad del Zulia (LUZ). Ahí estaba su cuerpo. Encima del ataúd un rosario de rosas adornaba la escena, debajo de él un ramo con las mismas flores le daban color al entorno. Era ella, la primera vicerrectora administrativa mujer. Era ella y no otra la que rompió paradigmas siendo la primera dama que fue decano de la Facultad de Ingeniería. Era ella, María Guadalupe Núñez de Parra.

datosversionfinalPañuelos blancos y morados secaban las lágrimas de los presentes. A un lado su familia, sus hijos. María Gabriela, la única hembra de su generación lucía orgullosa de su madre. Sus lágrimas no dejaban de correr, mientras sobaba el fruto que lleva en su vientre. Francisco Parra, su esposo. Todos compungidos pero en paz. Saben que se fue un ser humano de inquebrantables principios, con voluntad enorme y sinceridad incólume. Así la definieron sus compañeros.

“Junto a ti María, como un niño quiero estar, tómame en tus brazos, guíame en tu caminar”, entonaba el Orfeón de LUZ antes de iniciar la misa. Diuver Martínez, párroco universitario fue el encargado de oficializar la ceremonia. Habló de su fortaleza para enfrentar la enfermedad que le tocó.

Un cáncer de colon “que le sirvió para purificarse”, dijo en la homilía. Proseguía el sacerdote. Explicó que la profesora era dueña de una dulzura celestial. “Fui testigo de su ejemplo, de su entrega y su fe. Sufrió y se entregó a la cruz de Cristo. Ella está en la patria celestial junto a todos los santos disfrutando de ese banquete”.

Los decanos de cada facultad acompañaron a la familia. El rector Jorge Palencia, la vicerrectora Judith Aular de Durán, la vicerrectora administrativa encargada, Marlene Primera Galué y el secretario encargado Jesús Salom, presidieron la ceremonia.

Guardias de honor

Acto seguido, la profesora Mary Carmen Rincón, decana de la Facultad de Odontología ofreció unas sentidas palabras a la familia de María Guadalupe, en nombre de la comunidad universitaria.

“Fuiste dueña de una personalidad única. Persona que no creía en medias tintas. Fuiste determinada y cambiaste paradigmas. Seguiremos tu legado. Cada abrazo tuyo quedará en nuestra alma”.

Sus hermanos e hijos se volvieron a abrazar. Sus amigos universitarios, también.

Continuaron con las guardias de honor de las autoridades. Un aplauso estremeció a los allegados. “Vuela alto María Guadalupe”, musitaron algunos.

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